Decenas de miles de personas se manifestaron en países de Europa, Asia y Oceanía para apoyar un movimiento contra el racismo cada vez más internacional, en una muestra mundial de solidaridad con protestas por la muerte de un afroamericano en Minneapolis; que también refleja arraigados problemas de discriminación fuera de Estados Unidos. En desafío a restricciones de reunión por el coronavirus, miles de manifestantes se congregaron en Londres, París, Berlín y Sydney para honrar la memoria de George Floyd y protestar contra el racismo y la discriminación contra las minorías en sus propios países, y lo mismo hicieron cientos de personas más en Seúl y Tokio.
En París, manifestantes trataron de llegar a la embajada de Estados Unidos pese a que un juez había invocado el riesgo de contagio de coronavirus para prohibir la marcha, que además buscaba justicia por otro hombre negro, Adama Traore, muerto en una comisaría ubicada al norte de la capital francesa en 2016, poco después de su arresto.
Los manifestantes se toparon con un cordón de policías antidisturbios que les impidió llegar a la sede diplomática, que por otro lado había sido sellada con un impresionante anillo de barreras.