Ingeniero y docente, Hernández llegó a la segunda vuelta presidencial con su tarjeta del movimiento Liga de Gobernadores Anticorrupción.
Logró este último domingo 5.580.237 votos, lo cual representa el 27,99% del electorado. Y al poco tiempo de conocerse los resultados, el tercer candidato, Federico “Fico” Gutiérrez anunció que lo votaría y pidió a sus seguidores su apoyo.
Como Bolsonaro en Brasil, Bukele en El Salvador, o Donald Trump en Estados Unidos, el rival de Gustavo Petro en la segunda vuelta era casi un desconocido en el ámbito político nacional y como ellos, el fuerte de la campaña no estuvo en su estructura política, en la red de contactos influyentes o los abundantes recursos con los que cuenta; sino en las redes sociales.
Conocido como “el viejito de Tik Tok”, comparte con los antes mencionados candidatos características como la de ser hombres, con discursos conservadores, antiestablishment y políticamente incorrecto. También encaja con el perfil libertario de Milei.
Además, hay tres factores identificables en su derrotero. En primer lugar es un candidato que no tiene una estructura política. Por otro lado su corta trayectoria política y falta de representación en el Congreso le da la posibilidad de construir alianzas con múltiples sectores; y por último, carece de una plataforma política clara por lo cual su relación con sus seguidores es más emocional que racional
Si bien el eje de su campaña ha sido la lucha contra la corrupción (a pesar de ser el único candidato procesado por este delito), quien puede llegar a ser el próximo presidente de Colombia es conocido por sus votantes por sus deslices y dichos escandalosos. Lejos de perjudicarlos, estas acciones se vuelven virales y retroalimentan al personaje. Compensando de esa manera la falta de presencia en los grandes medios de comunicación y la falta de estructura partidaria.
También el concepto del empresario adinerado que no va a robar al acceder al poder “porque no le hace falta”, es otro de los eufemismos más escuchado en las conversaciones con sus electores.
Hitler, piñas y misoginia
El video que lo llevó a estar en la boca de todos los colombianos lo muestra a él dándole un “cachetazo” a un concejal que fue a increparlo el 28 de junio de 2018. Este acto se volvió viral y en las coreografías difundidas en TikTok, el movimiento del golpe es el más simulado.
Dos años después de ese hecho, un taxista en Bogotá confesó que su voto iba a ser para “el cuchito”, como se le dice a las personas mayores en la jerga, porque “tenía la firmeza necesaria para gobernar el país, por que si sabe imponerse”.
Un ejemplo más reciente de su incorrección política fue la de considerar que la mujer no debía ser considerada para la función pública. “Es bueno que ella (por su conyugue) haga los comentarios y apoye desde la casa. La mujer metida en el Gobierno a la gente no le gusta” expresó el empresario del sector de la construcción.
También manifestó ser “seguidor de un gran pensador alemán que se llama Adolfo Hitler”, para después desdecirse y aclarar que en realidad se había querido referír a Albert Eistein a través de twitter.
Así y todo, el exalcalde de Bucaramanga que accedió a gobernar ese Estado con 70 mil votos, en tres semanas superó los 5 millones y medio de votos y vencer en 13 de los 32 departamentos colombianos. Además, el tercer candidato, “Fico” Gutierrez llamó a votar por él y la curva de los sondeos indica que el crecimiento fue exponencial. La pregunta es entonces ¿Cuál es su techo?
El candidato anticorrupción procesado por corrupción
“La corrupción no se combate con frases en TikTok” expresó Petro en el discurso del domingo, tras conocerse los resultados; en donde dejó ver cuáles serán los ejes en la cual busca evitar el ascenso de Hernández.
Y es que a pesar de encabezar la Liga de Gobernantes Anticorrupción (LIGA), “el cuchito” enfrenta un proceso penal denominado el caso Vitalogic, por el cual fue citado a juicio el próximo 21 de julio.
En la causa, la Fiscalía General de Colombia considera que Hernández habría incurrido en la celebración indebida de un contrato en 2017. Año en que habría participado en un direccionamiento para entregar el contrato avaluado en $336 millones de pesos colombianos (85.000 dólares) a la empresa Vitalogic.
En ese sentido, el líder del Pacto Histórico hizo énfasis en la pregunta de cuál es el cambio necesario para el futuro de Colombia.
Esto debido a que Hernández reprocha a Petro su pasado en la guerrilla y niega cualquier tipo de vinculación con el uribismo -a pesar de haber recibido apoyo en su candidatura de 2015-. Para ello, se expone a sí mismo como una salida de la dicotomía entre izquierdas y derechas representadas por la guerrilla y el paramilitarismo. Para Petro, el cambio que propone Hernández es un suicidio.
Otro factor a tener en cuenta es que Hernández no debate. El candidato decidió no presentarse más en ningún tipo de careo con los demás candidatos después de haber tenido un pésimo desempeño en el primero de ellos, lo cual hace presumir que esa decisión se mantendrá hasta el próximo 19 de junio.
Tampoco convocó a actos multitudinarios y su cierre de campaña se limitó a una transmisión en vivo, la cual fue vista por más de 400 mil personas.
Con el acceso al poder de personajes como Jair Bolsonaro en Brasil o Donald Trump en Estados Unidos puede comprenderse el potencial electoral de figuras como la de Rodolfo Hernández que pueden llevarlos a la presidencia de un país y sostenerlos en el poder.
De la capacidad de Gustavo Petro y sus seguidores para convocar a la ciudadanía que no votó en la primera vuelta, que asciende al 46% de los electores y sumar el millón de votos restante para asegurarse la victoria el próximo 19 de junio.
