De hecho, el viernes no fue un día fácil en la capital del país. Nuevamente decenas de estaciones del subte debieron ser clausuradas por el intento de invasión de estudiantes secundarios, los que en algunos casos tuvieron éxito abordando carros y sentándose en los andenes, impidiendo el tránsito de los trenes. Estas acciones se suman a una semana que nuevamente registró saqueos e incendios a lo largo del país.
Sin embargo, todas las expectativas, tanto de autoridades por el control del orden público, como de los manifestantes, están puestas en la gran marcha del domingo 8 de marzo (8M), día internacional de la mujer, y la huelga feminista del día siguiente.
“Podría haber sido otro escenario”. Tras la irrupción de Las Tesis, distintas mujeres líderes de opinión comenzaron a presionar para que la futura convención constituyente, en caso de ganar la opción apruebo en el plebiscito del 26 de abril, fuese paritaria.
Es decir, estuviese conformada 50% por hombres y 50% por mujeres. Tras la aprobación de dicha ley, el pasado miércoles, Chile se transformará en el primer país de la historia cuyo órgano constituyente tendrá paridad garantizada.
La periodista Rayen Araya ha sido una de las voces que más fuerte ha irrumpido en diversos debates de género. Para ella, si bien hay un largo camino por recorrer aún, el anunció sirvió para descomprimir el ambiente.
“Lo que se podría pronosticar es una participación mucho mayor, porque las mujeres han estado en el centro de la discusión pública. Dentro de eso, una de las situaciones importantes que hacen que las expectativas aumenten es la aprobación de la ley de paridad”, sostiene.
“Si esto hubiese sido rechazado, probablemente la manifestación hubiese sido mucho más de malestar y de protestas. Pero como se aprobó, si bien sigue habiendo muchísimas demandas sociales en materia de género, esto hace que una parte de esta manifestación tenga un sabor de celebración”, señala.
La académica Mónica Maureira, de la Universidad Diego Portales, explicó a Clarín por qué el movimiento feminista chileno ha irrumpido con tanta fuerza en medio de las movilizaciones sociales.
De acuerdo a las organizadoras, un millón de personas deberían darse cita en Plaza Baquedano, epicentro de la movilización social. Y que esa cifra se vuelva a concentrar en Santiago es, sin duda, un gran desafío para la seguridad.