Su muerte ocurrió después de que denunciara el cierre de caminos vecinales en la frontera con Bolivia, medida tomada para dejar esa zona liberada al narcotráfico y al contrabando en general.
Liliana Ledesma hizo esta acusación como referente de una organización de pequeños ganaderos que tienen sus puestos o fincas en la zona de frontera, los que se veían perjudicados por el cierre de este camino, en la finca El Pajeal, que era adjudicada al ex diputado provincial José Ernesto Aparicio (fallecido).
En su denuncia, Ledesma apuntó directamente a los hermanos Castedo, a quienes marcó como socios de Aparicio, tanto así que posteriormente se determinó que Delfín Castedo era, en realidad, el propietario de dicha finca. Pese a las acusaciones de los familiares de la víctima, los Castedo no fueron imputados inicialmente por este homicidio.
Delfín fue detenido recién en julio de 2016 en la localidad bonaerense de Ituzaingó. Y "Hula", a poco de salir del país, fue detenido en Bolivia e imputado y luego condenado por narcotráfico. A principios de 2016 fue extraditado a Argentina, a instancias de la Procuraduría de Narcocriminalidad, que lo investigaba por el tráfico de estupefacientes.
Ledesma fue asesinada en una pasarela del barrio Villa las Rosas, en Salvador Mazza. Según el expediente, Aníbal Tárraga, Lino Moreno y Casimiro "Nene" Torres la rodearon y la acuchillaron. Mediante engaños, María Gabriela Aparicio, hermana de Ernesto, fue quien entregó a Ledesma.
Por escuchas telefónicas en una causa en la que se investigaba a Delfín por narcotráfico, se estableció que los Castedo les habían pagado para que cometieran este crimen.