Las audiencias se llevarán adelante en la Sala VII a partir de las 8:30 y estarán a cargo de la jueza María Livia Carabajal.
Así se sentarán en el banquillo de los acusados Juan Pablo Thomas por el delito de lesiones agravadas por el género, la relación de pareja y coacción y sus hermanos José María y Juan Luis por violencia de género y lesiones.
La víctima es esposa de uno de ellos y además cumplía funciones en el negocio que el sujeto tenía en calle Caseros antes de avenida Bicentenario, donde debía entregar productos que le obligaban, a golpes, a que elaborara.
Existen una serie de denuncias previas realizadas por la víctima L.B.L. madre de dos hijos ante la Oficina de Violencia de Género, que al parecer no estarían agregadas a este expediente, que en el fuero penal llega a juicio.
La denunciante dijo que conoció a Thomas en el 2008 casándose dos años después, el mismo día del casamiento comenzó a padecer la violencia, que nunca antes le había demostrado; así en el mismo salón de fiestas el novio, rompió todos los bafles, consola y luces del DJ, tras escapar del lugar, recién regresó al hogar dos días después señalando que no recordaba nada de lo ocurrido.
Entre otros conceptos se pudo conocer, a través de la denuncia de violencia que la mujer hizo que el sujeto además de tener episodios de ebriedad comenzó a consumir anabólicos, con el agravante que le prohibió tener contacto con su familia y amigos “si hablaba vería de lo que era capaz de hacer, mientras él dormía me dejaba una lista de tareas y yo las cumplía”, dijo L.B.L.
Luego fue obligada a elaborar sandwiches y cosas dulces para vender en el local, del que él llegaba a la madrugada y la comida lo debía esperar.
“Cuando llegaba en estado de ebriedad, me obligaba a tener relaciones sexuales y que si no lo hacía me iba a matar, que iba a terminar flotando en algún río, que él no perdía nada, al contrario que le hacía un bien a la sociedad, porque los excrementos humanos como yo que no tenían dónde caerse muerta no tenían que existir. Cada vez fue más seguido, y después se tornó cotidiano. Nacieron mis hijos y trataba de actuar que estaba todo bien porque me amenazaba que si mis hijos me veían llorar o reclamar algo la pasaría peor”, afirmó L.B.L.
Tras seis años de padecimiento la denunciante que hoy declarará en el inicio del juicio, pudo escapar con sus dos hijos, sin embargo pese al paso del tiempo el hombre la sigue amenazando.