Marcelo Alejandro Torrico, fue condenado por la Cámara III del Crimen, presidida por el ex juez, Alberto Fleming, quien junto a los vocales, Susana Sálico de Martínez y Antonio Morosini, a la pena de prisión perpetua con reclusión por tiempo indeterminado.
El juicio se llevó adelante al año siguiente de ocurrido el hecho, en 1999, y tanto Torrico como su socio Ariel Brandán fueron encontrados culpables de rapto, drogadicción de los hermanitos, Melanie y Octavio Legina, la violación de la nena y el doble homicidio agravado por alevosía.
Respecto a si le corresponde o no salir en libertad, consultadas las fuentes cercanas a la jueza de Garantía N° 1, Ada Zunino, para que se acepte ese el pedido Torrico, debe cumplir con puntaje favorable, conducta dentro del penal, pericias psicológicas, ambientales, sociales, económicas, y recién se eleva el pedido a la Justicia.
Cabe recordar que Torrico, ya en cumplimiento de la pena por el juicio de los homicidios de los niños, en 2005, se escapó del penal de Villa Las Rosas, con connivencia de algunos agentes penitenciarios y fue recapturado en Capital Federal, donde fue a robar un negocio de celulares.
Ese seguramente pesará al momento de evaluar su conducta dentro del penal, donde además utilizó prendas de guardias y se fotografió.
En la época que se produjo el juicio en contra del brutal asesino, la cadena perpetua significaba 25 años, que queda cumplida en 2025, luego la ley Blumberg modificó esa pena y la transformó en 35.
Las mismas fuentes señalaron al momento de evaluar la libertad o no también se deberá tener en cuenta las accesorias, y el planteo que llegado el caso pueda presentar el abogado querellante.
También son notificadas las partes antes de otorgar el pedido en caso que así correspondiere y están en condiciones de oponerse y presentar los recursos que estimen.
Nunca en Argentina la prisión perpetua significa para toda la vida, la ley que se promulgó el 5 de mayo de 2004, a instancias de Juan Carlos Blumberg, quien presionó al Congreso para endurecer las penas a los reincidentes tras el asesinato de su hijo, Axel, aumentó 10 años.