EXPECTATIVA POR EL PEDIDO DE JUICIO

Surgen definiciones en torno a los acusados del crimen de Jimena Salas

En los últimos días surgieron varias expectativas por definiciones respecto a la situación de los dos acusados del asesinato de Jimena Salta: Sergio Vargas, el vendedor ambulante, detenido en junio pasado, y Nicolás Cajal, viudo de la víctima.

NDS |

Por el crimen de Jimena Salas, Sergio Vargas, el vendedor ambulante sigue detenido desde junio pasado, y Nicolás Cajal, viudo de la víctima acusado.
Por el crimen de Jimena Salas, Sergio Vargas, el vendedor ambulante sigue detenido desde junio pasado, y Nicolás Cajal, viudo de la víctima acusado.

Esto ocurre a días de finalizar el año, a escaso tiempo del comienzo de la feria judicial y a poco de cumplirse también tres años del brutal asesinato ocurrido en un barrio de Vaqueros. 

Vargas, como se sabe, fue acusado inicialmente como autor material del hecho, aunque posteriormente los fiscales de la Unidad de Grave Atentados contras las Personas, recalificaron la acusación y decidieron imputarle el delito de homicidio triplemente agravado, por ensañamiento, alevosía y por el precio o promesa remuneratoria, cargos que tienen como castigo la pena máxima de prisión perpetua.

Cajal, en tanto, no fue detenido, pero sí acusado. Mientras se esperaba que sea acusado de ser el instigador o autor material del crimen de su pareja, los fiscales, por falta de pruebas directas, sólo le imputaron el delito de encubrimiento agravado, pues entendieron que con su decisión de cremar el cuerpo de Salas luego de que se hicieran las pericias, alteró y perjudicó la investigación.

Obviamente, de los dos acusados, el que peor la pasa es Vargas, quien lleva detenido ya seis meses, sin que los numerosos planteos presentados por su abogado, Luciano Romano, tanto de nulidades como de libertad provisoria, hayan sido respondido de manera favorable, tanto por el juez de Garantías, Héctor Martínez, como por su colega, Eduardo Barrionuevo, del Tribunal de Impugnación.

La situación de Cajal, más allá del asedio mediático que tuvo que sufrir al momento de presentarse ante los fiscales, Ana Inés Salinas Odorisio y Gustavo Torres Rubelt, no pasó de un sobresalto, pues desde esa acusación prácticamente no se conocieron más pruebas determinantes en su contra.

En los últimos días, sin embargo, y de cara al cierre del año judicial, surgieron informes respecto a nuevas pistas que los fiscales tendrían entre manos. Por un lado, los representantes del Ministerio Público insistirían con ciertas contradicciones que, según aseguran, el viudo cometió en sus declaraciones.

Una valija con sangre

Por otra parte, en tanto, se conoció que la pista más fuerte sería ciertas manchas de sangre en una valija que había en un ropero de la vivienda, la que los asesinos de Salas abrieron para llevarse el dinero que contenía en su interior, cuya suma se desconoce.

La hipótesis que la fiscal prepara apunta a sostener que el dinero que había dentro de la valija era el pago para los sicarios contratados por Cajal, quien habría sostenido, en una declaración, que los asesinos no se llevaron nada de valor de la vivienda.

Este teoría, señalaron desde el CIF, sería la que los fiscales pretenden presentar para pedir que Cajal, como así también Vargas, vayan a juicio por el asesinato de Salas, la joven madre muerta de numerosas cuchilladas en el interior de su casa, el 27 de enero de 2017, en el barrio San Nicolás, en la localidad de Vaqueros.

Contras Vargas, en tanto, la fiscalía no tendría más pruebas que las ya presentadas, entre ellas, y señaladas como las más importantes, el testimonio de una vecina que indicó haber visto a Vargas en los alrededores de la casa de la víctima, como así también que preguntó por ella.

Para la fiscalía, esta acción, que para Vargas es propia de su trabajo de vendedor de calzados, es un indicativo de que su presencia en el lugar de los hechos, el día del crimen, fue para hacer de “campana” de los dos sujetos que ingresaron y mataron a Salas.

Pedido de juicio

Se espera que en los próximos días, los fiscales sorprendan con este pedido de juicio para los dos acusados, pues habrían recibido la orden de cerrar el caso antes de fin de año y así ofrecerle al jefe de los fiscales, Abel Cornejo, una ofrenda que le permita a Salinas Odorisio y Torres Rubelt la permanencia en el GAP.

Cabe recordar que, desde su llegada a la Procuración General, Cornejo cambió dos veces a los fiscales del caso. Primero desplazó al fiscal, Pablo Paz, quien ordenó iniciarle un sumario, el cual, a propósito, perdió peso a medida que se conocieron los detalles de la causa.

Posteriormente, también echó del caso a los fiscales, Pablo Rivero y Ramiro Ramos Ossorio, quienes se negaron a firmar el decreto de imputación en contra de Cajal, ya que consideraban que no había pruebas para avanzar hasta esa etapa.

Sus remplazantes, Salinas Odorisio y Torres Rubelt, en tanto, no tuvieron inconvenientes en avanzar con el caso.

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