Por el hecho, fueron acusados Miguel Exequiel Carrizo, Oscar Sebastián Torres, Mario Manuel Miranda, Víctor Hugo Quispe, Hugo Rolando Nicolás Villada Guzmán y Saúl Carlos Alfredo Chiliguay, todos por los delitos de vejaciones calificadas por el uso de la violencia y lesiones leves en concurso ideal y en calidad de autores.
En tanto, Fabián Marcelo Molina, quien fue chofer del móvil policial en que se movilizaron los acusados y fue testigo directo de las vejaciones cometidas por sus camaradas, fue acusado del delito de omisión de los deberes de funcionario público, en calidad de autor.
El caso se conoció tras la denuncia del padre de la víctima, de 17 años, quien sostuvo que el 23 de febrero de 2020, cerca de las 5, estaba en su domicilio de Grupo 222 de barrio Castañares, mientras sus dos hijos festejaban el cumpleaños de un amigo. En ese momento, escuchó un grito y al salir, vio que los jóvenes entraban al patio delantero y que había policías que disparaban con balas de goma y pintura.
Entre los efectivos, había uno que estaba lesionado mientras otro filmaba con celular y un tercero, que amagaba con la cachiporra, le dijo que entregara a los jóvenes y que no los cubriera, porque había un efectivo lastimado. Luego, llegó un móvil del 911 y otro efectivo que dialogó con el denunciante para que colabore y dijo que sólo llevarían a los jóvenes para averiguar los antecedentes y luego liberarlos.
El padre accedió y los policías se llevaron a uno de sus hijos y al resto de los jóvenes. Más tarde, cuando fue a ver al menor, pero lo encontró lesionado en el rostro y el menor le dijo que los efectivos del GIC lo habían golpeado y que le dijeron “así que vos sos denunciante, a donde te veamos vas a cobrar, así que sos gallito”.
Luego, cuando vio a su hijo en la Fiscalía 1, le vio lesiones en la sien, pómulo derecho y ojo derecho; y hematomas en dorsal izquierdo y en el estómago. El menor relató que mientras circulaban en el móvil, unos cinco o seis efectivos le mostraron un celular con la foto de su hermano y le dijeron “quién es éste”, por lo que el menor respondió que era su hermano y los efectivos le dijeron “que lo iban a matar, que donde lo vieran, lo iban a agarrar y lo iban a llevar al río y lo iban a matar”. Luego le dijeron “así que sos machito y te la bancas” y le dieron dos disparos con balas de pintura. Uno le impactó en el pómulo derecho, cerca del ojo y el otro en la frente, del lado derecho, mientras le daban patadas en el estómago y golpes en las costillas y el estómago.