La fiscal informó al juez que no aceptó la recusación pretendida, ya que no existía causal para apartarse de la investigación.
La recusación la centró el abogado defensor de Aguilera en que el primer testigo en la causa es un auxiliar de la fiscalía, que mantiene algún tipo de amistad con familiares de las víctimas.
Anoche trascendió que el juez derivaría una resolución al respecto al tribunal de impugnación para su resolución. De esta manera, el religioso continuaría detenido.
En el marco de la causa que se inició por, hasta ahora dos denuncias, en contra de Aguilera, se conocieron trascendidos que permiten señalar una serie de whatsapp surgidos desde dentro del Juzgado de Garantías 5 buscando amedrentar a quienes testifican. Estos mensajes se estarían viralizando desde algunos agentes del personal del juzgado, que a la vez estarían relacionados con estamentos de la Universidad Católica.
Mientras todo esto va tratando de “ensuciar” la investigación, y de plantar precendentes ante la posible aparición de nuevas víctimas, se pudo conocer por trascendidos que la fiscal Sodero habría solicitado un careo entre las partes, al que la defensa de Aguilera se habría opuesto.
En este sentido cuando se solicitó una pericia psicológica, trámite habitual tanto para víctimas como para victimarios, se pudo conocer que Aguilera se negó a realizarse esta actuación ofreciendo en su defecto, una pericia realizada hace un año y medio, por un profesional particular, y que está en el arzobispado, a sabiendas que la pericia debe ser realizada por peritos del Poder Judicial.
Varias situaciones serían las extrañas en esta causa como la relacionada con la situación del celular del sacerdote, que estuvo en el tribunal eclesiástico desde donde solo se le devolvió el chip, al imputado, y que aún no entregó a la fiscalía para ser peritado.
Lo cierto es que Aguilera mantiene su detención y la fiscal avanza con la toma de testimoniales.