Se conoce como estado puerperal o puerperio, a aquel lapso de tiempo que se extiende desde que la mujer ha dado a luz a su hijo y hasta los cuarenta días aproximadamente después del alumbramiento.
Este beneficio como atenuante de la pena, se le aplicó a Susana Erminia Tolaba, quien el 28 de septiembre de 2017, había sido condenada a la pena de 13 años de prisión por el delito de tentativa de homicidio agravada por el vínculo en perjuicio de su hija, a quien dio a luz en su casa y luego arrojó a una letrina, de donde fue rescatada gracias al alerta dada por otro familiar.
Por el hecho, ocurrido el 7 de marzo de ese año en la localidad de San Antonio de los Cobres, la jueza, Mónica Faber, a instancia de la fiscalía condenó a Tolaba.
En un fallo, la magistrada dejó de lado determinadas alusiones de peritos que revelaron detalles respecto a síntomas de estado puerperal que la acusada padeció antes y durante el parto.
Atento a ello, el abogado, Marcelo Arancibia, defensor de Tolaba, planteó un recurso de casación ante la Sala I del Tribunal de Impugnación, oportunidad en la que estimó que “el fallo posee un vicio esencial vinculado a la aplicación del derecho por no haberse contemplado las circunstancias extraordinarias de atenuación vinculadas a la dosificación de la pena y por haberse apartado injustificadamente del mínimo de la escala penal aplicable”.
En su exposición, el letrado sostuvo que la jueza dejó de lado ciertas apreciaciones realizadas por peritos respecto al “estado puerperal” y sus síntomas, detalles que no contempló al momento de determinar el fallo, ya que se guió solamente por lo planteado por la fiscalía, la que también impidió que los peritos sean interrogados más a fondo respecto de las consecuencias de esta condición que sufren las mujeres desde la concepción hasta después del parto.
Arancibia, al respecto, solicitó a los jueces de Impugnación que sea valorada esta situación, pues que fue determinante respecto al accionar que tuvo su defendida y, sobre todo, a lo sucedido con su pequeña hija, la que afortunadamente fue rescatada por la policía a partir del alerta que dio un hermano de la acusada.
El abogado resaltó el contenido de las llamadas “circunstancias extraordinarias”, establecida en el último párrafo del artículo 80 del Código Penal, el que admite como atenuantes determinadas conductas, especialmente cuando el acusado y la víctima tiene relación de parentesco.
A favor de la defensa
Al momento de evaluar el caso, los jueces, Virginia Solorzano y Luciano Martini, fueron coincidentes en darle la razón al abogado defensor, pues advirtieron que efectivamente y, al menos, un peritos planteó en el debate que la acusada presentaba síntomas de haber actuado bajo el estado puerperal, sin que las partes, en especial la fiscalía, hayan expresado manifestaciones opuestas al respecto.
