DETENIDO DESDE EL 23 DE JULIO

Otro revés judicial compromete seriamente al comisario Mamaní

Desde su detención, el 23 de julio pasado, el comisario Walter Mamaní, protagonista de uno de los incidentes más escandalosos en calidad de funcionario policial, no tuvo éxito en sus intentos por revertir su situación procesal.

El comisario Walter Mamaní, es el protagonista de uno de los incidentes más escandalosos en calidad de funcionario policial.
El comisario Walter Mamaní, es el protagonista de uno de los incidentes más escandalosos en calidad de funcionario policial.

El comisario, ex jefe policial del Destacamento El Dorado, comenzó la presente semana con un fallo adverso del Juzgado de Garantías 1, de Anta, el que confirmó la prisión preventiva del mismo, la que cumple en una dependencia policial en esta capital.

Ayer, en tanto, la fiscalía de Derechos Humanos dio a conocer la declaración testimonial de dos policías, subalternos de Walter Mamaní, quienes endilgaron toda la culpa del incidente a su jefe, quien ahora, sin chances de un arresto domiciliario y con fuertes pruebas en su contra, parece encaminado al juicio.

Mamaní, como se sabe, fue imputado junto a los sargentos Julia Díaz y Sergio Argañaraz, como así también el cabo Juan Giménez. Dos de ellos, según lo informado, decidieron ampliar sus declaraciones y al hacerlo apuntaron contra el comisario.

Mamaní y los tres policías subalternos enfrentan imputaciones por los delitos de abuso de armas agravado, privación ilegítima de la libertad, falsedad ideológica y vejaciones agravadas, con fines de venganza. Todo ello, en perjuicio de Luciano Diez, un joven al que detuvieron a partir de argumentos falsos esgrimidos por los efectivos.

La acusación surge de un hecho registrado el 28 de junio pasado, a las 4 de la madrugada, en la avenida 9 de Julio en inmediaciones de Parque Norte - Sala Nido, en Apolinario Saravia. Allí, el comisario y los tres subalternos, en el móvil 1.745, interceptaron a los tiros un automóvil conducido por Diez, quien asustado se retiró del lugar.

Posteriormente, se dirigieron al domicilio de Diez y lo detuvieron por evadir un control policial y darse a la fuga. Para cubrirse, los acusados armaron una causa penal, en la que el comisario formuló una denuncia en contra Diez por el delito de atentado a la autoridad.

Malos tratos

Durante el traslado y ya en la dependencia policial, la fiscal afirmó que los acusados lo sometieron a malos tratos físicos y psíquicos. Asimismo, y lo que hizo estallar el escándalo, una cámara interna de la casa de Diez filmó a Mamaní cuando dobló la chapa patente del vehículo que conducía el joven y dejó sus huellas en el rodado, todo ello para así probar que se resistió.

Sin embargo, al percatarse que había una cámara, el comisario trató de revertir su actuación delictiva, pero todo fue en vano, pues la familia dio a conocer a los medios las imágenes, las que se viralizaron y llevaron a Mamaní y los tres policías implicados a la cárcel.

Previamente, Mamaní, en busca de encontrar alguna salida del escándalo, trató de fabricar pruebas para justificar su accionar, circunstancia en que tomó contacto con el auxiliar fiscal de esa jurisdicción, Sergio Dantur, a fin de conocer los pasos de la fiscalía, hecho por el cual el funcionario judicial fue denunciado y se le inició un sumario interno.

Asimismo, y según las nuevas declaraciones conocidas ayer, presionó a los tres subalternos a fin de que se amolden a un libreto favorable a su situación procesal, la cual ahora se encuentra en serios aprietos.

“Al jefe no se le podía decir que no”, afirmaron los policías

A tres meses del incidente, los policías Argañaraz y Giménez decidieron declarar y contaron que fueron presionados por Mamaní. Contaron que todo se inició con  un llamado sobre una reunión que jóvenes mantenían en el barrio El Camping, donde estaban bebiendo alcohol.

Al llegar, vieron la camioneta de la madre de Diez, dueña de un canal de cable local. Argañaraz, entonces, sostuvo que actuaron por órdenes de Mamaní. “No sé con qué intención pidió que le cruzaran el móvil para que no siguiera circulando. Nos dio la orden de que bajáramos para hacer parar la camioneta, me bajo por la orden, estábamos a su cargo, somos subordinados. Yo no intenté hacer parar la camioneta que venía despacio, a paso de hombre, y él       -por Mamaní- realizó los disparos, no entiendo por qué, nunca le pregunté”.

Tras el escándalo, reveló que Mamaní los juntó a Díaz y Giménez en una oficina para que: “Firmemos una declaración que no nos dejó leer. Nunca nos dio copia ni nada, no le pregunté qué habíamos firmado porque le teníamos miedo”.

“Mamaní se ofreció para buscar el abogado que nos iba a cobrar barato, no decía que trajo a Omar Sosa porque trabaja con una tía de él, y el abogado Sosa nos exigió que teníamos que declarar sí o sí”.

Luego, el abogado Nicolás Vedia se sumó  a la defensa. “Le manifestamos que todo era mentira, pero nos decía que sigamos con la misma versión que no teníamos que cambiar. Pienso que nos engañó a mi familia y a mí, fuimos mal asesorados y nunca nos dijeron que podíamos cambiar la declaración”.

El policía Giménez, en tanto, también acusó a Mamaní. “Por orden del comisario teníamos que encontrar sí o sí a Luciano Diez”, dijo. “El comisario puso cosas que nunca pasaron, por ejemplo que Diez le tiró la camioneta a Mamaní no es cierto y se lo dije al comisario y a Sosa”.

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