Pese a la libertad, sigue una causa en su contra por tres delitos.
Fue la fiscal Penal de Embarcación, Gabriela Souto, quien había solicitado continuar con la detención de Robledo a quien se le imputó la obstrucción de circulación de las máquinas de la petrolera; desobediencia judicial, y resistencia a la autoridad.
"Puede ser que yo no dejé pasar a las máquinas. Pero a mí nunca me notificaron sobre esa prohibición ni me resistí cuando me detuvieron", dijo ayer Robledo al hablar con Nuevo Diario tras ser liberado.
Por el contrario, relató que el mismo día que Souto llamó a una conciliación por el conflicto presente, la Policía fue hasta el lugar y mientras él estaba en Embarcación, en la finca El Palmar (en Rivadavia), había peligro de represión.
"Entonces la fiscal llamó a la policía que no sabía contestar quien había dado la orden de ir a reprimir. Entonces en quién puedo creer yo ahora", sostuvo.
Robledo nunca tuvo antecedentes ni en sus 48 años había estado en prisión. "Estaba con gente que había robado, que había violado", dijo un tanto ofuscado por la situación que le tocó atravesar.
Las medidas sustitutivas que se ordenaron son "imponer por el término que dure el proceso la prohibición de acercamiento y de ejercer actos de violencia física y /o psíquica en perjuicio de los denunciantes (que son cuatro personas)". La prohibición "de acercamiento al domicilio real o transitorio de los mismos y prohibición de acercamiento a las instalaciones y/o maquinarias y/o personal de la empresa High Luck Limited", pese a que la empresa está perforando un pozo petrolero en una finca que heredó Robledo. También se dispuso la "obligación de presentarse ante la fiscalía Penal de Embarcación todos los viernes de 9 a 10".