Luego de su arribo a esta Capital, la fiscal penal Nº 1 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Ana Inés Salinas Odorisio, concretó dos trámites de imputación, uno contra John Hartwell Cocke Johnston, acusado del delito de tentativa de homicidio agravado por la relación de pareja preexistente y por el género, y el segundo contra la pareja de éste, María Eugenia González por el delito de lesiones leves en perjuicio de la hija menor del imputado.
Ese mismo día la fiscal solicitó el mantenimiento de prisión para ambos. Sin embargo, el abogado que representa a la denunciante, Francisco Latorre, señaló a Nuevo Diario que Johnstone y su actual pareja se encuentran en el domicilio de Villa San Lorenzo.
“Durante todo el fin de semana hubo silencio total y desde el viernes que intento obtener información por parte del juzgado a cargo de la magistrada Edith Rodríguez y de la propia fiscalía, para conocer el paradero del denunciado pero siempre la misma respuesta desconociendo el paradero”, dijo Latorre.
Así el abogado señalaba que, tras la imputación del viernes a última hora, luego de declarar ambos salieron caminando junto a familiares, amigos, empleados y abogados, sin sobresalto alguno.
“Pregunte insistentemente a la secretaria de fiscalía, que se había resuelto sobre la detención vigente de la pareja, y me manifestó que no sabían nada.
Ante mi insistencia y dada la avanzada hora del día viernes (18:45 horas) se me dijo irónicamente que llame por teléfono al juzgado si quería información. Digo irónicamente porque a esa altura del día no había nadie en el juzgado en donde me apersone apenas concluyeron las declaraciones”, recordó Latorre.
Todo esto abonado además por una hecho que alertó a la denunciante cuando alguien ingresó este fin de semana a su casa orinaron, y no robaron nada, “mi cliente con la incertidumbre lógica y el temor que tiene junto a su hija realizó una denuncia, porque interpretó que sería "un aviso"”.
“Mucho miedo”
La mujer manifestó constantemente que ambas, ella y su hija, “estamos muertas de miedo, al punto de que mi pequeña no quiere que abra ni las ventanas e la casa”.
Entiende la mujer que al estar Johnstone en su casa, todo “es una burla por parte de lo que se dice llamar justicia. Primero porque mi agresor John Johnstone, estuvo en condición de prófugo de la justicia por casi tres semanas, con pedido de captura nacional e internacional supuestamente, y digo supuestamente porque presiento que todo fue un circo; para que este señor termine de vacacionar, de enlazar sus contactos e influencias y vuelva cuando a él se le peguen ganas”.
Finalmente, la víctima señala que en ese contexto de cifras altas de femicidios, donde Salta ocupa los primeros lugares, “los jueces como se encargan de allanar el camino a los delincuentes para que nos maten, total son señores del poder, de la elite salteña que no se toca, de la que burló y burla a la justicia como siempre”, dijo.
