La acusación en el debate la lleva adelante el fiscal penal, Ramiro Ramos Ossorio.
El juicio es presidido por la jueza, Carolina Sanguedolce. Yáñez está imputado por el delito de tentativa de homicidio calificado por la relación de pareja preexistente y por mediar violencia de género en perjuicio de Rocío Noelia Sarapura.
Ayer, se leyó la requisitoria fiscal de elevación a juicio y se dio inicio con la recepción de pruebas testimoniales, entre ellas la de la víctima. El acusado prefirió no declarar.
Sarapura, quien presenta dificultades para hablar debido a lesiones sufridas en las cuerdas vocales, contó que el día del hecho ella había ido al cementerio para visitar la tumba de su abuelo. Dijo que en esa época tenía problemas de adicción al alcohol y ese día había bebido.
No recordó si había acordado encontrarse con Yáñez en ese lugar, pero él estaba allí cuando ella llegó. La hizo entrar a la fuerza y la discusión empeoró cuando le dijo que ya no quería saber nada con él y que quería volver con el padre de su hija.
Refirió que Yáñez le dijo: "Vos no vas a ser de nadie, te voy a cagar matando hija de puta", le pegó un puñetazo en la boca y ella cayó al suelo. Entonces él sacó una botella de alcohol con tapa roja que tenía en el bolsillo, le arrojó el líquido encima y le prendió fuego con un encendedor.
Sarapura explicó que se arrastró hacia una pileta y comenzó a echarse agua con una caja de vino vacía.
La víctima indicó que llevaba saliendo con el acusado seis meses. Generalmente se veían en el parque San Martín, donde el imputado trabajaba cuidando autos. Dijo que él la presentaba a los vendedores del parque como "su novia".
Consultada acerca de si había sufrido hechos previos de violencia, la damnificada afirmó que después de tres meses de relación, Yáñez comenzó a insultarla y que le pegó en dos oportunidades, por celos. Dijo que no denunció esas agresiones porque su familia desconocía su relación con Yáñez.
Sarapura también contó que alrededor de un mes antes del hecho, Yáñez la había amenazado con quemarla.
Acerca de su actual estado de salud, la víctima precisó que se encuentra con tratamiento psiquiátrico y neurológico y que no puede dormir. Pasó por tres operaciones de injerto de piel, tiene miedo de que el acusado le haga daño a su hija porque hace tiempo la llamó por teléfono para amenazarla.
El acusado, en dicho llamado, le dijo que "si hablaba, la iba a matar a ella y a su hija" y que dijera que ella "se había quemado sola".
