INFORME DE PERITOS EN EL JUICIO

El acusado de matar a Cintia, tiene rasgos de celoso obsesivo

Profesionales de la psiquiatría y psicología expusieron ayer en el juicio contra Federico Condorí, imputado por el homicidio de Cintia Fernández, y lo perfilaron como una persona con rasgos narcisistas con conductas celotípicas (celos obsesivos) y que considera a la mujer como "un objeto a conquistar". 

Peritos precisaron que Condori es celotípico, controlador y que por sentirse desplazado puede desencadenar reacciones violentas.
Peritos precisaron que Condori es celotípico, controlador y que por sentirse desplazado puede desencadenar reacciones violentas.

Estas definiciones parten de la declaración de Gustavo Vacaflores (psiquiatra, perito de parte), Viviana Guijarro (psicóloga de la Fiscalía de Violencia de Género 1), María Laura Figueroa (psicóloga de la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual), Luis Vilá (psiquiatra del Servicio Médico Forense del Poder Judicial) y Darío Duce (Departamento de Psicología del Poder Judicial).

Gustavo Vacaflores intervino en una pericia psiquiátrica conjunta realizada a Condorí con otros dos profesionales del Poder Judicial, en diciembre de 2011.

El testigo señaló que durante la entrevista no se detectaron patologías mentales en el imputado. Sí se observó en él una personalidad con rasgos narcisistas, caracterizada por la autorreferencialidad y la tendencia a destacarse ante los demás.

Vacaflores indicó además que las personas narcisistas son bastante egocéntricas y tienen poca empatía, es decir, escasa capacidad para ponerse en el lugar del otro. En su informe conjunto, los profesionales afirmaron que esos rasgos narcisistas resultan compatibles con el hecho investigado.

La pericia señaló también que no existían elementos para determinar simulación en el imputado, pero sí se detectaron elementos para determinar ocultamiento, aspecto asociado probablemente a su entrenamiento policial en tareas de inteligencia.

El testigo agregó que se advirtieron en Condorí conductas celotípicas. Explicó que esta característica, en exceso, puede resultar patológica. Precisó que el celotípico se convierte en controlador y que el hecho de sentirse desplazado puede desencadenar en él reacciones violentas.

En el informe se especificó además que, al momento de la entrevista, el acusado presentó una evocación plana e indiferente frente al recuerdo de la víctima, sin rasgos de emotividad. Con respecto al concepto de mujer que tiene Condorí, la pericia arrojó que para él es un objeto a conquistar y con el cual no se vincula ni se involucra afectivamente.

El testigo Luis Vilá, médico psiquiatra del Servicio Médico Forense del Poder Judicial, declaró que examinó al imputado en dos oportunidades: el 5 de julio de 2011, en forma individual, y cuando intervino en la pericia conjunta realizada en diciembre de 2011, junto a Vacaflores y a David Flores.

Señaló que, en el primer examen, no detectó patologías mentales ni indicadores de peligrosidad para sí mismo o para terceros. Con respecto al informe pericial realizado en junta médica, precisó que se realizó aunando criterios y bajo consenso.

Sobre el perfil de Cintia

El tribunal también escuchó la declaración de Viviana Guijarro Cárdenas, psicóloga de la Fiscalía de Violencia de Género 1, quien con Laura Figueroa, a partir de una solicitud del juez interviniente en el 2015 hizo aportes  desde la perspectiva de género.

Sus conclusiones se basaron en la lectura de los expedientes, de donde se tomaron datos objetivos y testimonios. La profesional señaló que se encontraron indicadores de vulnerabilidad en Cintia, los que pudieron hacer descender su nivel de alarma.

Agregó que en fechas cercanas a su fallecimiento, se percibieron señales de estrés que pudieron obedecer a su situación académica (estaba próxima a recibirse) y a las expectativas laborales. La testigo afirmó que no había elementos que hicieran presumir un perfil depresivo en la joven.

Dijo que se la percibía como una persona con funcionamiento vital y con capacidad para pedir ayuda y no quedarse sumida en la angustia. Con referencia a las prácticas sexuales de la víctima, la profesional indicó que no se observaron a lo largo de las actuaciones indicadores acerca de la práctica de la hipoxifilia o de otras formas riesgosas de búsqueda de satisfacción.

El 3 de mayo de 2011, en horas de la noche, Cintia Vanesa Fernández fue encontrada sin vida por su madre, en su departamento de Parque La Vega. Falleció por asfixia por sofocación. El informe médico estableció que la víctima presentaba traumatismo de cráneo con hemorragia intracraneana. Además presentaba otras lesiones compatibles con golpes. Las pericias indicar  que Cintia Fernández habría fallecido el 28 de abril de 2011.

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