MALTRATO FÍSICO Y VERBAL

Docente acusa al cura Julián Pardo de violencia de género

La directora del nivel primario del colegio Santo Tomás de Villanueva, perteneciente a la orden de San Agustín, denunció en la Justicia, al sacerdote Julián Alberto Pardo por violencia de género, moral, económica, psicológica e institucional.

La denuncia al Cura Julián Pardo fue elevada también al Arzobispado, a la Dirección General de Educación Privada y a la OVIF.
La denuncia al Cura Julián Pardo fue elevada también al Arzobispado, a la Dirección General de Educación Privada y a la OVIF.

 A la vez, la docente elevó su denuncia al Arzobispado, a la Dirección General de Educación Privada y a la OVIF.

T.N.B, en varias oportunidades hizo conocer a las autoridades de la orden de San Agustín, en su sede central, sobre las actitudes de la que fue centro desde que Pardo se hizo cargo de la representación en esta capital, y donde asume no pudo desempeñar lo mejor de su cargo al que accedió por concurso.

Así la denunciante ante el Juzgado de Violencia Familiar y de Género Nº 2, solicitaba que de manera inmediata cesen las acciones de violencia de las que fue centro tanto verbal como escritas, por parte de Pardo, a quien según  dice T.N.B “no le caía bien”.

Enumera las distintas reuniones a las que debía ser convocada como personal jerárquico y que sin embrago, no se concretaban; por el contrario llegando incluso a pedirle que se retire, cuando al principio la docente se hacía presente, buscando el trato por parte del sacerdote, llegando a recibir como respuesta de otra docente: “Si al padre no le caes bien, no se puede hacer nada”. Siendo mal tratada no solo delante del personal del establecimiento, sino también en una reunión con directoras y secretarias de otros colegios.

Así detalla T.N.B en extensas notas, ante el juzgado, arzobispado, y Educación todos los modos en que hubo acciones que las incluye en lo que es maltrato físico, verbal, donde se la denigró como persona y donde se le negó la autoridad conferida al acceder al cargo.

La situación llegó a su punto más alto cuando el 31 de octubre al ingresar a horas 7.05 al establecimiento escolar, para tomar su puesto de trabajo, observa que Pardo, cual guardián la esperaba en la puerta, “de modo impropio extendió las manos en cruz, impidiéndole el ingreso. “Usted no entra ha dejado de pertenecer a la institución”, le señaló a los gritos.

Ni siquiera le permitió ingresar a retirar sus pertenecías, las que debieron ser entregadas por la directora de Nivel Inicial. Con la recomendación a todos los que estaban en ese momento sobre “nadie ha visto nada, o será despedido”.

De este modo la denunciante espera que se haga justicia, ante un despido sin motivo, un mal trato discriminatorio y una violencia de la que fue centro por parte de alguien que debe conciliar y que al representar a una congregación tiene una función a la que debe honrar.

En las notas T.N.B ofrece prueba documental, pericias psicológicas a las que quiere someterse junto a personal del Servicio del CIF o del Poder Judicial, testimoniales  de padres, personal directivo docente y sacerdotes, peticionando a través de las leyes protectoras de violencia por discriminación por orientación sexual, moral, psicológica, e institucional, a fin que se dispongan las medidas protectoras que correspondan.

Tras la nota publicada en la edición de ayer, por la denuncia de un docente también de ese establecimiento, por su orientación sexual, en contra del sacerdote Julián Pardo, muchas fueron las llamadas  y mensajes a la web donde denotaban el mismo accionar contra esta directora de Nivel Primario y de otro personal del establecimiento.

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