La sentencia en el caso de La Ciénaga, se escuchará este miércoles el miércoles 8 de enero. En la semana que finalizó, el principal imputado Víctor Alejandro Cruz, negó haber sido el autor de la muerte de Enzo Guerrero.
Personal policial que llegó al lugar señaló lo ocurrido en esa oportunidad donde se indicaba que una mujer había sido víctima del robo de un estéreo. Cruz está acusado de matar con un cuchillo a Guerrero en 2018.
En la Sala III del Tribunal de Juicio se desarrolla, desde este jueves 2 de enero con los jueces Pablo Farah, Gabriela González y Carolina Sanguedolce, escuchas de las declaraciones del personal policial y de los testigos presenciales del hecho, teniendo en cuenta que en el lugar existía una carpa bailable ese día 16 de diciembre.
Según fijó el Tribunal, la audiencia se extenderá hasta el 8 de enero próximo, restando escuchar a quienes acompañaban ese día a Cruz.
Testigos relatan como fue el crimen
El viernes último, en la segunda jornada se escuchó la declaración de un policía que intervino en la investigación del hecho y de tres vecinos de La Ciénaga.
Una de las testigos relató que la noche del 16 de diciembre de 2018 se encontraba en la plaza tomando mate con otros parientes cuando vio llegar un auto, el que se estacionó y del que bajaron cinco chicos.
En ese momento se acercó su hermano, que por entonces se dedicaba a cuidar autos afuera del local bailable ubicado a pocos metros del lugar. Se saludó con los muchachos recién llegados y la llamó para decirle en tono de broma: “Mirá, acá está el hijo del cantante de La Repandilla”, en alusión a Enzo Guerrero, quien usaba cabello largo. La víctima estaba entre los chicos que habían descendido del auto. La testigo explicó que a raíz de ese comentario se fijó en el muchacho.
Refirió que luego Guerrero y los otros ocupantes del auto se fueron a la carpa bailable y ella siguió tomando mates con familiares, a quienes se sumó una cuñada suya.
Escena sospechosa
Un rato después, agregó la testigo, vio regresar a Guerrero, quien se subió al auto y estiró el cuerpo como para sacar algo. Al observar esta actitud, su cuñada comentó: “Están robando en ese auto”. La testigo descartó esa posibilidad, pues vio a Guerrero llegar en ese vehículo. Pero cuando observaron que bajaba apurado, ocultando algo entre sus prendas, su cuñada decidió dar aviso a la policía.
El puesto estaba ubicado a pocos metros. Se dirigió hacia allí y gritó dando la voz de alarma. En ese momento vieron salir corriendo a un muchacho que estaba reunido con otros muy cerca. Se dirigió hacia un auto que estaba estacionado frente al vehículo de donde había bajado Guerrero. Arrancó y salió a toda velocidad en la misma dirección que el supuesto ladrón, quien se había retirado en dirección al río. La testigo supuso que el conductor reaccionó así porque creyó que le habían robado a él. Para el mismo sector corrieron otros chicos, persiguiendo a Guerrero, y también la policía.
Otro testigo, vecino del asentamiento, refirió que esa noche estaba entrando a su casa cuando escuchó ladrar a los perros. Se acercó a la calle y alcanzó a ver un tumulto de gente que peleaba. Agarró un palo para dispersar a las mascotas que estaban muy alteradas y en ese momento observó que varias personas salían corriendo, dejando a otra tendida en el suelo.
El testigo señaló que se acercó como a dos metros de la víctima. Precisó que el joven se movía, como tratando de ponerse de pie.
Dijo que pensó que solo lo habían golpeado. A los cinco minutos llegó la policía en un patrullero y se hizo cargo de la situación. Agregó que la calle no cuenta con alumbrado público, por lo que no alcanzó a reconocer a ninguna de las personas que huyeron del lugar. También dijo que cuando llegó a su casa no vio ningún vehículo estacionado en esa misma calle.
Según consta en la causa, Guerrero fue sorprendido luego de sustraer el estéreo de un auto. El imputado, en tanto, le asestó un puntazo en el estómago, mientras era inmovilizado por otro sujeto. Tras el homicidio, Cruz se dio a la fuga, aunque luego fue detenido.
