Esta aclaración la fundamentó, ya que está en contacto permanente con los familiares de Paola Ávila, encontrada brutalmente asesinada en el barrio Puerto Argentino, y para quienes pensar en un ataque con esa medida de agresión sensibiliza mucho más el difícil momento de la pérdida de un ser querido.
“No se afirma de ninguna manera una hipótesis de una coautoría simultanea o en conjunto esto, porque esa suposición sin fundamento genera más angustia, y es algo que está probado”, dijo.
Los imputados al día de hoy, seis hombres y dos mujeres, están comprometidos porque existieron contradicciones, tanto entre ellos como con declaraciones que fueron surgiendo, teniendo en cuenta que en un primer momento fueron testigos y en este momento están dentro del proceso.
“Esto de la mano de contradicciones o bien de datos que no pudieron ser comprobados, además que se conoció que posterior a la muerte estaban vendiendo algunas prendas o elementos que pertenecieron a la víctima, para reducirlos y volver a comprar estupefaciente”, señaló Sodero Calvet.
Dos de los imputados al momento de escuchar la acusación que se les efectuaba, se abstuvieron de declarar, aunque podrían hacerlo entre hoy y mañana.
Con otras informaciones que se están evaluando se podría conocer en los próximos días el rol que los involucrados podrían haber tenido, algo que por el momento se desconoce, de allí que todos estén bajo la misma carátula.
A Pablo Campos, primero de los detenidos por el femicidio de Paola Ávila, lo involucraron como quien entró y salió del lugar donde era la reunión, y dijeron haberlo visto rondando el sitio donde fue luego hallado el cuerpo con el cráneo destrozado de Ávila.
La fiscal destacó que “será de suma importancia conocer las muestras genéticas que se hicieron a prendas y cuerpo de la víctima, análisis que están en proceso, y que si bien tenemos algunos resultados, preferimos no adelantar nada”.
También hizo referencia a que el grupo habitualmente se reunía, menos Campos, que era la primera vez que iba y que era conocido de un del círculo cercano de la víctima, habiendo sido circunstancial su presencia.
“En relación a la discusión, algunos de ellos señalaron que era un intercambio de palabras, nada de peso, otros dicen que no escucharon nada”, señaló Sodero Calvet.