Lo hizo ante el Juzgado de Violencia Familiar y de Género de 2º Nominación, a cargo de la jueza Mónica Naranjo y la fiscal Violeta Graciela Herrero.
Farfán se desempeñaba en el Servicio Penitenciario Unidad de Mujeres y sufrió distintos malos tratos durante sus funciones, de acuerdo a lo que detalla en su denuncia.
Así se destaca que “La Dirección General del Servicio Penitenciario de Salta históricamente ejecuta actos de ‘discriminación’ y ‘violencia’ de género, en contra de las mujeres que prestan servicio en dicha institución.
Mediante la utilización de criterios y prácticas que imponen en forma arbitraria un techo de cristal, que ‘impide’ a las agentes mujeres, ascender a los ‘grados’ más altos de la jerarquía y acceder a los ‘cargos’ de Plana Mayor. Como así también prohíbe su nombramiento en los órganos de conducción, como son la Dirección General y la Subdirección General”.
Denuncian atropellos, en un aparente estado de legalidad para disuadir a cualquier tipo de reclamo.
Esto lo acompañan de datos como que ninguna mujer del escalafón penitenciario accedió a los grados “más altos” de la jerarquía penitenciaria, sean Prefecto y Prefecto Mayor.
“En toda la historia del Servicio Penitenciario de Salta nunca una mujer fue designada para ser Director General y Tampoco para ser nombrada en el cargo de Sub Director General. Así a Farfán en el año 2017, se le denegó el ascenso al grado de Subprefecto. Cuando la misma había sido calificada con un concepto ‘sobresaliente y promedio final de 96 (noventa y seis) puntos’, sobre un total de 100 (cien)”.
Farfán efectuó reclamos ante el Ministerio de Gobierno, pero nunca se hicieron eco, desatando, una persecución desde la Cúpula del Servicio Penitenciario.
Así fue destituida como Directora de la Unidad Carcelaria Nº4 de Mujeres y puesta en disponibilidad.
Irene Cari, presidenta de la Asociación Civil de Mujeres del foro señaló a Nuevo Diario que “Tenemos una historia de la lucha de mujeres y como también de la asistencia a la víctima, donde la capacitación y el desarrollo no son extraños y en Salta estas falencias nunca se superaron, ni se intentaron superar”.
“Nos anima a acompañar el caso de Yone Farfán porque ella pudo recorrer en su trayecto de mujer en situación carcelaria, en contexto de mujeres, y presentar un proyecto para mejorar, pero más allá de significar un diálogo para transformar esos lugares, no tuvo respuesta positiva, le cerraron las puertas y la sacaron de su lugar de trabajo”, dijo Cari.
“Ese mal trato nos animó a presentar, el recurso y proponer difundiéndolo para que se instale en una sociedad como la nuestra, donde la mirada del hombre hace que sea un desafío para el foro”, finalizó.