Los testigos que fueron citados al juicio, son en su mayoría vecinos de la víctima en el barrio San Nicolás, en la localidad de Vaqueros.
Por otra parte, el tribunal que preside el juicio que se sigue adelante contra Nicolás Cajal Gauffín y Sergio Vargas, escuchó a los peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales, quienes dieron detalles de los rastros de sangre hallados en la casa de Salas.
Entre sus presiones, los profesionales explicaron que los atacantes de Jimena, asesinada el 27 de enero de 2017 dentro de su vivienda, son parientes, aunque nada se dijo respecto a la identidad de los autores materiales del homicidio.
Tres vecinas
De las tres vecinas que ayer prestaron declaración, una relató que el día del homicidio, a las 12:20, cuando regresaba a su casa de comprar, vio un auto negro de donde se bajó un hombre alto, con camisa a cuadros, que tenía un perro caniche toy de pelaje negro. Dijo que se detuvo dos casas antes de la de Jimena Salas.
También vio a Vargas, vendiendo. Dijo que ella no habló con el imputado porque su mamá le abrió cuando golpeó a su puerta. Posteriormente declaró la madre de esta testigo. La mujer dijo que pasó a las 11 u 11:30 por casa de Jimena Salas con su hijo y vieron que ella estaba afuera, despidiendo a la niñera que se retiraba en moto.
Más tarde, en tanto, volvió a pasar por el lugar y vio las dos hijas de la víctima jugando en la galería externa de la casa. Caminó unos 15 metros y en ese sector vio un auto negro estacionado a dos casas de distancia del domicilio de Salas. Dijo que tenía vidrios polarizados, pero alcanzó a ver a un hombre en el asiento del conductor.
Indicó que cuando llegó nuevamente a su casa, a los veinte minutos, tocaron a la puerta muy fuerte. La testigo refirió que era el imputado Vargas.
Sandalias
Le preguntó dos veces por una señora de apellido López que –según él- le había encargado unas sandalias. La vecina dijo no recordar en ese momento el nombre completo. El fiscal leyó entonces un fragmento de una declaración brindada previamente por la testigo en fiscalía, donde especificaba el nombre: Andrea López.
Dijo que Vargas le ofreció unas sandalias para niña, artesanales, las tenía en la mano. Precisó que el sujeto llevaba una mochila y una bolsa plástica. El imputado fue insistente para que le compraran y, ante su negativa, se fue.
Visita de Vargas
La última testigo también hizo referencia a la visita de Vargas a su domicilio el día del hecho, para venderle medias, bombachitas y unas sandalias que tenía para vender. Le mostró dos pares de sandalias. Ella le dijo que no estaba interesada y le indicó que frente a su casa vivía una señora que tenía nenas, que quizás ella se las podía comprar.
En la declaración brindada en fiscalía, la testigo había precisado que Vargas le preguntó por una chica llamada Jimena, que tenía dos hijas y que le había encargado las sandalias. Ella le respondió que no la conocía. La vecina también dijo haber visto un auto negro estacionado, alrededor de las 13.
Peritos y evidencias genéticas halladas en la escena del crimen
Además de las vecinas, ayer fue el turno de los peritos que examinaron la escena del crimen. Ante los jueces, de la Sala VII del Tribunal de Juicio, los expertos explicaron los informes de evidencias genéticas realizados en torno al caso.
Entre los peritos que brindaron sus informes estuvieron el médico legal que realizó la autopsia de Jimena Salas; dos licenciados en Criminalística que tuvieron a su cargo la inspección ocular del lugar del hecho, el levantamiento de indicios y la planimetría de la casa; y una bioquímica del Servicio de Biología Molecular Forense que presentó un informe sobre las evidencias genéticas recogidas en el lugar del hecho a partir de muestras epiteliales y de sangre.
Esta última testigo refirió que en el lugar se encontró el perfil genético de la víctima, Jimena Salas, y de dos individuos no identificados señalados como “hombre 1” y “hombre 2”. De lo que se desprende que en la escena existieron al menos tres personas. Precisó que la mayor parte de las manchas de sangre encontradas en la casa pertenecían al “hombre 1”.
El perfil genético del “hombre 2” se encontraba en células epiteliales encontradas en la mano derecha de Salas, y en sangre encontrada en dos trozos de un celular roto encontrado cerca de la puerta, y en un armario y un estante de la habitación principal.
La profesional manifestó además que, del cotejo de los perfiles genéticos de “hombre 1” y “hombre 2” se obtuvo que ambos comparten un ancestro masculino común en alguna generación. Es decir, que tienen una relación secundaria entre ellos, en la línea paterna (no serían padre/ hijo ni abuelo/ nieto).