Elisandra Condorí de 44 años llevaba un mes y medio separada del femicida, se había mudado de la vivienda familiar porque había iniciado una relación amorosa con otro hombre.
Los testigos, señalaron que Ajalla había estado ingiriendo bebidas alcohólicas desde el mediodía. Y el día del femicidio, cumpleaños de 15 de una de sus hija, por la tarde discutió con su expareja, porque éste le había querido revisar el celular.
En horas de la madrugada cerca de la 1.30 en la fiesta de 15, la víctima se dirigió a una de las habitaciones de la casa a buscar una campera. Momentos después se escucharon gritos provenientes de ese lugar. Los hijos de Condorí corrieron en su ayuda pero la puerta estaba trabada por dentro. Lograron forzarla y, al ingresar, vieron a la víctima en el piso, ensangrentada, mientras el imputado permanecía de pie a su lado, sosteniendo un cuchillo.
Elisandra Condorí falleció a causa de shock hipovolémico debido a una lesión vital en el ventrículo izquierdo.
El tribunal estuvo integrado por los jueces Martín Pérez (presidente), Mónica Faber y Marcelo Rubio (vocales). Por el Ministerio Público intervino el fiscal Pablo Paz.
Fiscal pidió perpetua
Durante los alegatos, el fiscal penal Pablo Paz solicitó para el acusado la pena de prisión perpetua y que sea sometido a tratamiento profesional por su adicción al alcohol.
En tanto, el defensor solicitó su absolución por el beneficio de la duda y su inmediata libertad, fundamentando que por su adicción al alcohol, Ajalla actuó en estado de inimputabilidad.
Al momento del fallo esa situación fue un atenuante, ya que la condena señala “responsable del delito de homicidio agravado por el vínculo mediando circunstancias extraordinarias de atenuación”.
