Con numerosas pruebas, entre ellas escuchas telefónicas, el fiscal General, Carlos Ama, llevó adelante la acusación en el juicio en contra de esta organización.
La condena fue unánime y la dictó el Tribunal Oral Federal 1 el martes. La sentencia fue contra seis personas que integraban una organización narcocriminal dedicada a ingresar marihuana procedente de Paraguay con el objeto de transportarla y comercializarla desde la ciudad de Córdoba al resto del país.
La sentencia se dictó en consonancia con lo solicitado por el Ministerio Público Fiscal, en esta oportunidad representado en el juicio por el Fiscal General Carlos Amad, quien se mostró conforme con el veredicto que cerró un proceso penal que demandó tres años en llegar a debate, pues se trata de una causa tramitada bajo las reglas del sistema penal mixto.
La condena recayó en Juan Marco Ríos, Roberto Eduardo Aguirre, Gustavo González, Jorge Campos y Lorena Paola Ibarlucena, quienes llegaron a debate por ser considerados autores del delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de participantes, a excepción de González, quien llegó acusado por el delito de confabulación.
En el juicio, presidido por el juez Marcelo Juárez Almaraz junto a los vocales, Marta Liliana Snopek y Federico Díaz, el fiscal Amad ratificó la acusación de los seis imputados, lo hizo en base a las pruebas reunidas en la investigación del caso, como así también a partir del testimonio de los testigos.
Tras las testimoniales programadas, las que se extendieron por varias audiencias, el fiscal ratificó en su alegato la responsabilidad de los acusados en la planificación y ejecución del tráfico de estupefacientes, frustrado por un desperfecto mecánico del camión que transportaba un total de 1.021. kilogramos de marihuana.
La investigación
Amad recordó al tribunal que el caso no se trató de una actuación fortuita por parte de la fiscalía, sino fue el resultado de una investigación que se inició con el aporte de un testigo que colaboró en otra investigación como “arrepentido”.
A partir de la información provista, la que daba cuenta precisamente del accionar de esta organización, la fiscalía, llevó adelante una serie de tareas de inteligencia e intervenciones telefónicas que permitieron avanzar con la acusación penal.
Al respecto, Amad expuso algunas de estas escuchas telefónicas, las que comprometieron de manera contundente a todos los acusados, los que se habían constituido para organizar y ejecutar el traslado de droga desde la provincia de Misiones al resto del país, en especial a Córdoba.
Amad explicó que de las intervenciones surge claramente la participación de Ríos y González, quienes dejaron expuesto en las distintas conversaciones mantenidas los preparativos para el traslado, primero de 500 kilos de marihuana, cantidad que se duplicó debido a que “apareció” un comprador que iban a poner todo el dinero por esa carga.
Resaltó el fiscal la figura de Ríos, quien dirigió la logística de la obtención y posterior transporte de la droga desde su lugar de encierro en el complejo carcelario “Padre Luchesse”, en Córdoba. Relató que, en los diálogos con González, surge que el convicto buscaba un socio que aporte dinero para financiar la operación.
Este socio, agregó el fiscal, llegó de la mano de Aguirre, compañero de celda de Ríos, quien se sumó a la empresa criminal y su aporte estuvo dirigido a la obtención de un inversor, el que luego hizo llegar el dinero que necesitaba, una suma de 100 mil pesos, a manos de Ibarlucena, mujer de Ríos, quien hizo entrega de la plata a González.
Al seguir con su relato, Amad sostuvo que una vez que se obtuvo el dinero, con el cual pagaron la droga, procedente de Paraguay, González se encargó de coordinar los preparativos para el transporte de la droga, lo que se hizo en un camión que tenía acondicionado un doble fondo en la caja.
En esta parte, Campos, según explicó el fiscal, tuvo una participación en los preparativos previos al transporte de la droga, la cual, para desgracia de esta banda, no llegó a manos del comprador debido a un desperfecto mecánico que llevó al conductor del rodado a abandonar todo y escapar.
Esto sucedió el 19 de febrero de 2017, en la ruta 12, a la altura del kilómetro 1.570, en la provincia de Misiones.
