DENUNCIAN DISCRIMINACIÓN

Compleja trama judicial con una trans por la tenencia de un niño de 3 años

Damaris Álvarez, mujer trans, reclama hace un año que le restituyan al niño luego de una sentencia judicial que lo declaró en estado de adoptabilidad porque la mujer no es progenitora biológica del niño. El pequeño generó vínculos con su familia adoptante. Denuncian discriminación porque Damaris es una trans.

Damaris mujer trans, hace un año reclama a la justicia para que le restituyan a su hijo.
Damaris mujer trans, hace un año reclama a la justicia para que le restituyan a su hijo.

Una compleja trama judicial sobre la responsabilidad parental de un niño lleva un año a la espera de una resolución. Tras una revocación de sentencia casi inédita en la que la cámara 1° de Familia de la ciudad de Córdoba declaró nula la sentencia del juzgado de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y de Género en el que ordenaba separar a un niños de tres años de su centro de vida y anotarlo en la lista de adoptantes.

Un año pasó de aquel 10 de julio de 2020 cuando la policía irrumpió en la casa de Damaris Álvarez para llevarse a su hijo de dos años tras la orden judicial de la jueza de Niñez, Zulma Palmero. ¿La razón? Damaris Álvarez no era la progenitora biológica del niño a pesar de que lo cuidó desde su nacimiento y está anotado en el registro civil a nombre suyo y de la mamá gestante. La presunción del delito de supresión de la identidad nunca fue probado y ella denuncia que hubo discriminación en el proceso por parte del Estado por su condición de mujer trans.

Meses después del episodio (en septiembre), la sentencia de la jueza fue declarada nula por una cámara 1° de Familia de la ciudad de Córdoba que ordenó volver la causa al fuero de Niñez y dictar una nueva sentencia " de inmediato" Sin embargo, los tiempos se dilataron mucho más de lo previsto, por lo que en diciembre de 2020 Damaris solicitó a través de sus abogadas que se habilitaran las visitas con Ismael, para no perder el vínculo, pero la justicia se lo negó. Ismael (su nombre fue cambiado para proteger su identidad) estuvo dos meses con una familia de guarda y luego con otra que podría ser su adoptante.

El tiempo para los adultos y la justicia no son los mismos que para un niño de tan corta edad, quien crea vínculos afectivos que se afianzan con el tiempo. Ahora otra jueza de niñez deberá decidir con quién vivirá Ismael de acuerdo al bien superior del niño.

Los tiempos de la justicia tampoco son los mismos para Damaris. “Hace 12 meses que espero que me devuelvan a mi hijo. El Estado me lo quitó injustamente”, dijo con temor a perder al niño por la dilación de los plazos.

El niño fue generando vínculos con su familia preadoptiva que ahora interviene en esta parte del proceso.

Denuncian Discriminación

Tanto Damaris como sus abogadas insisten en que desde un inicio hubo una mirada por parte del Estado con sesgo discriminatorio hacia ella por su condición de trans.

Desde la Asociación Travesti Trans Argentina (Attta) emitieron un comunicado para reclamar por la situación de Damaris y pedirán a la jueza de Niñez que está ahora a cargo del caso, Laila Córdoba, que las reciba en una audiencia. “Si nos da la posibilidad queremos explicarle cómo se destrozó desde el minuto uno la vida de nuestra compañera y le cambiaron la vida a un niño de repente sin necesidad. Él ya tenía una mamá, unos abuelos, tíos. Tenía una familia. Si los informes de Senaf decían que el niño estaba en un excelente lugar lleno de amor”, explicó Lara Godoy, amiga de Damaris e integrante de Attta.

“Ya no sabemos cómo contener a Damaris. En todo este año ha tenido picos de tensión, una enorme angustia porque le arrancaron su hijo, que sólo pudo verlo después de un año en una sola audiencia con el equipo técnico. Sentimos que otra vez el Estado nos hace un daño tremendo a las personas trans, nos han clavado un puñal a cada una como el que ahora le toca a Damaris”, dijo Lara.

La historia

Todo comenzó hace tres años cuando Damaris se enteró que Malena, la mujer con la que había salido, estaba embarazada. Como Damaris es una mujer trans sabía que ese hijo podía ser de ella, tal como lo expresaba Malena (su nombre real también fue resguardado).

Acompañó todo el embarazo de Malena hasta que llegó el esperado día del nacimiento. El bebé estuvo internado durante 22 días y Damaris fue cada uno de ellos a la Maternidad Provincial a cuidarlo sin descanso y siguiendo paso a paso las recomendaciones médicas. Ambas anotaron el niño a nombre de las dos, aunque Malena desde un comienzo le manifestó que quería que lo cuide Damaris.

“En un momento discutimos por una pavada y ella (Malena) me dijo que el Isma no era mi hijo biológico”, cuenta. La discusión llegó a oídos del equipo de trabajadoras sociales de la Maternidad, quienes elaboraron un informe pidiendo intervención a la Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia (Senaf) para que tome una medida excepcional.

El argumento principal se basaba en que no estaba clara la identidad biológica del bebé y también la sospecha de que se podría estar cometiendo el delito de supresión de la identidad del niño por parte de Damaris dadas las condiciones de vulnerabilidad de la mamá gestante (analfabeta y con problemas de adicciones). Sin embargo, esta sospecha nunca se comprobó.

La Senaf en un primer momento estableció que el cuidado del niño estuviera a cargo de la abuela de Ismael (mamá de Malena) y luego a cargo de Damaris. “Tanto Malena como su familia siempre me reconocieron a mí como mamá, al igual que Ismael a quien crié desde el primer día”, recuerda Damaris.

La Senaf hizo el seguimiento mediante visitas y elaboración de informes que daban cuenta del excelente cuidado y contención que brindó Damaris al niño. Al año del nacimiento se hizo un análisis de ADN a Damaris y otras personas pero dieron todos negativos. Ismael siguió a cargo de Damaris y el vínculo filiatorio se fortaleció día a día algo que quedaba asentado en los informes.

En la intervención de Senaf también se entrevistó a Malena, quien jamás se interpuso a que Damaris maternara a Ismael, ya que ella no podía ni deseaba hacerlo.

Sin embargo la jueza Palmero no lo entendió así y ordenó una medida de excepción (separar al niño del hogar en el que vive) y ordenó inscribirlo en el registro de adoptantes.

Allí es donde toma parte la mujer que es pretensa adoptante del niño. Miguel Ortiz Pellegrini su abogado, indicó que el niño generó un gran vínculo con la pretensa adoptante y ahora esperan que la jueza decida en función del bienestar del niño. Ante el cuestionamiento de la otra parte sobre por qué se refirió en uno de los escritos a Damaris como “el padre” (sin respetar su identidad de género) el abogado indicó que no tuvo la intención de desconocer su identidad de género, sino que quería referirse a que los estudios de ADN indicaban que Damaris no era la progenitora biológica.

Cómo sigue

La abogadas a cargo del expediente de Damaris, Sabrina Kenis, Paola Dauría y Romina Tissera Costamagna solicitarán a la jueza que se haga otra audiencia con Damaris, Ismael en presencia de la jueza.

“El tiempo que transcurrió en todo esto ha sido un gran enemigo. Primero la mora del Estado y la ineficacia que hizo que Ismael genere un vínculo afectivo enorme con Damaris en un principio y ahora con la pretensa adoptante. También por las demoras de las audiencias”, explicó Kenis.

Las abogadas entienden que en todo el proceso hubo una vulneración a los derechos humanos de Ismael y a los de Damaris. “Estamos dispuestas a apelar hasta la Corte Interamericana si es necesario”, indicó Kenis.

Ahora ambas partes esperan la resolución de la compleja trama judicial que deberá decidir qué es mejor para el niño.

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