Con esta medida, solicitada por la defensa de uno de los acusados, la causa se reactivó a poco de cumplirse un año del crimen de Palomo, hecho que generó indignación y dolor entre los salteños por el grado de violencia y frialdad de los asesinos.
La medida se inició en el subsuelo del supermercado de barrio Tres Cerritos, donde la víctima había concurrido a comprar comestibles para el bautismo de uno de sus nietos.
Allí, la mujer fue atacada por uno de los tres menores imputados en la causa, quien le sustrajo la camioneta y comenzó un derrotero de varias horas por la ciudad, con el cuerpo agonizante de la docente en la caja.
De la reconstrucción, según lo informado participaron cuatro de los cinco acusados. Uno de los abogados defensores, señaló que el ausente en la medida fue Ricardo Bonifacio.
De acuerdo a lo señalado, este acto procesal fue requerido por el abogado, Orfeo Magio, defensor de Ian Caro, el otro mayor imputado, y fue para determinar si el hecho se produjo basado en las evidencias que la fiscalía pudo reunir.
Además de los funcionarios judiciales y defensores, también estuvieron presentes en los diferentes tramos de la medida, familiares de la docente. La seguridad y el despliegue, en tanto, fue realizada por varios efectivos policiales.
Guiados por el principal acusado, uno de los menores, la comitiva judicial se dirigió del supermercado hacia la zona sur, por la avenida Tavella, donde se detuvieron debido a que el menor sostuvo haberse escapado de un control policial, a la altura de la calle Las Bumbunas.
También se visitaron algunas viviendas, entre ellas las de algunos de los menores imputados, como así también el de una casa donde se realizó una fiesta, a la cual el menor acusado habría llegado.
Luego, el trayecto siguió hasta inmediaciones del Vivero Municipal, en la zona oeste, donde fue abandonado el cuerpo de la docente asesinada. Luego, fueron de nuevo al barrio Tres Cerritos, a la vuelta de la casa de la víctima, donde la camioneta fue hallada.