TRAS UNA DENUNCIA POR VIOLENCIA DE GÉNERO

Cayó en provincia de Buenos Aires Rodrigo Chavarría, un conocido estafador salteño

Esta vez se hacía llamar Rodrigo Emanuel Phiser Sokolowzky, a la vez que afirmaba ser médico cirujano.

Rodrigo Chavarría.
Rodrigo Chavarría.

Este estafador salteño fue detenido hace dos semanas en una vivienda de Villa Barceló, una localidad pequeña del partido bonaerense de Avellaneda.

Según lo informado por La Voz de Salta, el arresto fue realizado por una patrulla de la Comisaría 10, que llegó en respuesta a una denuncia de violencia de género radicada por su pareja. Ante los policías, Chavarría, ahora de 40 años, trató de desmentir el relato de golpes y maltrato de su novia, de 22, pero no tuvo éxito.

Entonces, y como lo hizo toda su vida, Chavarría chamuyó a los policías, a quienes le dijo que era un prestigioso médico cirujano y que todo se podía solucionar de “otra manera”, ofreciéndole primero una suma de 100 mil pesos para cada uno.

Para salirse una vez más con la suya, insistió en que el dinero no era problema, pues por su profesión ganaba sumas millonarias, y que los acompañaran hasta su departamento en Puerto Madero, donde tenía guardada una suma de un millón de pesos.

Los policías, sin embargo, no le creyeron una palabra y eso dejó en evidencia cierta decadencia del estafador salteño, quien finalmente fue trasladado esposado a la dependencia policial, donde se terminó de caer todo el relato, pues los policías echaron mano de su prontuario, ya de 15 páginas.

Con tres condenas y dos veces declarado reincidentes, todas por defraudación, Chavarría quedó acusado por los delitos de lesiones leves cometidas en el contexto de violencia de género, resistencia a la autoridad, dádivas y usurpación de títulos y honores.

Violencia de género

Es que su novia, a quien fue a visitar cuando fue detenido, había denunciado que fue golpeada por Chavarría, quien volvió a quedar tras las rejas, aunque no se sabe hasta cuándo, pues la Justicia siempre le jugó a su favor, un tanto por la política garantista de algunos magistrados y otro, por la desactualización del Código Penal, en especial en materia de escalas penales.

Desde que su primera falacia, cuando se lo conoció como José C., Chavarría ya tiene en su haber decenas de estafas, un racimo que nació en Salta para todo el país, pues a los pocos años de sus primeras incursiones traslado sus maniobras a Tucumán, Córdoba, Santa Fe y ahora Buenos Aires.

Como el vino, Chavarría se refinó y pasó de cautivar mujeres y hombres para apropiarse de sus datos bancarios y así generar tarjetas de créditos, con las cuales luego hacía gastos por sumas importantes, a disfrazarse de gendarme y de médico.

Su última caída, según lo informado, se registra en la localidad bonaerense de San Nicolás, donde fue acusado de hacerse pasar por gendarme y embaucar así a un vecino con una operación de compra de un camión, maniobra mediante la cual Chavarría se habría apoderado de una suma de un millón de pesos.

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