Asimismo, sendas denuncias del fiscal Carlos Stornelli y la diputada Elisa Carrió sostienen que existe un “complot” para desbaratar la causa de las fotocopias de los cuadernos.
Juan Ramos Padilla, quien a su vez es el abogado defensor de su hijo en el pedido de juicio político que tramita ante el Consejo de la Magistratura, destrató a Bonadio, a quien le exigió que lo convoque a declarar como imputado y lo invitó a que voluntariamente se excuse de seguir investigando esa causa.
La “operación puf” nace en las escuchas telefónicas a ex funcionarios kirchneristas detenidos, quienes sabían anticipadamente de la denuncia que se iba a presentar contra el falso abogado Marcelo D’Alessio por una presunta extorsión que terminó derivando en una asociación ilícita que salpica a servicios de inteligencia, dirigentes políticos, funcionarios judiciales y está todavía en desarrollo. Cuando estalló el escándalo D’Alessio, Carrió y Stornelli denunciaron que se trataba de una operación para “voltear” la causa de los cuadernos. En una de las escuchas, el ex embajador ante el Vaticano y dirigente kirchnerista Eduardo Valdés le dice a un ex funcionario detenido: “Stornelli puf, Bonadio puf”.
Las denuncias de Carrió y Stornelli se unificaron en el juzgado del propio Bonadio, quien pese a que podría ser una “víctima” de ese supuesto operativo, no se excusó, avanzó en la pesquisa. A partir de esa situación, Ramos Padilla padre pidió “la nulidad de todos los actos que se pudieren llevar a cabo por un juez que nunca debió asumir el conocimiento de estas actuaciones y cuya actuación se encuentra viciada desde sus inicios”.