Con epicentro en Plaza de Mayo, los manifestantes multiplicaron las críticas y reclamos contra el actual gobierno de Alberto Fernández.
Ciudadanos autoconvocados con banderas argentinas y dirigentes opositores de diversas extracciones partidarias se movilizaron en todo el país en rechazo del escándalo del vacunatorio VIP que terminó con la renuncia de Ginés González García del Ministerio de Salud.
Aunque el acto principal fue en Buenos Aires, en la Plaza de Mayo, las concentraciones también se replicaron en las plazas y centros del interior del país, sin que Salta sea la excepción.
La marcha, impulsada principalmente en las redes sociales, tuvo un fuerte respaldo y activa participación de sectores de la oposición, pero no sólo de Juntos por el Cambio, sino también de agrupaciones políticas como las lideradas por el economista José Luis Espert, entre otras.
Tanto la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, como el diputado nacional por el radicalismo, Mario Negri, y el senador Martín Lousteau, entre otros dirigentes, fueron algunos de los que se mostraron en torno a la Plaza de Mayo durante la manifestación. Los dirigentes opositores se concentraron sobre la Avenida de Mayo y desde allí avanzaron en una columna nutrida, mientras se escuchaban cánticos a favor de Bullrich, reclamos para que “renuncien los vacunados VIP” y el reaparecido “Sí se puede”.
De todos modos, el grueso de los manifestantes fueron personas sin identificación partidaria, que comenzaron a caminar por las distintas calles porteñas, en dirección al Obelisco y luego se dirigieron hasta las inmediaciones de la Casa Rosada. Algunos fueron con banderas argentinas y remeras de la Selección nacional y carteles que expresaban el enojo contra el gobierno de Alberto Fernández e incluían referencias al escándalo del vacunatorio VIP. Como estaba previsto, la gente empezó a llegar a las 17 y, ya a las 18, la presencia era numerosa.
Otro de los puntos de encuentro fue la Quinta presidencial de Olivos, donde se produjeron incidentes: militantes de agrupaciones sindicales, algunos identificados con remeras de la CGT, llegaron a ese lugar inesperadamente y golpearon a los manifestantes adherentes a la marcha opositora. Primero hubo gritos e insultos cruzados. Luego, la violencia fue escalando y se produjeron algunos forcejeos, empujones y hasta cruces a golpes de puño.
Desde el Gobierno nacional, en tanto, se intentó minimizar la protesta, pero dejó preocupaciones internas.