Se trata de un hombre del peronismo, pero no del Frente de Todos, esto en una clara señal hacia los mercados e inversores sobre el objetivo de mantener la independencia del organismo de estadísticas y por ende cualquier tipo de manipulación políticas de los números oficiales.
La elección del hijo de Roberto Lavagna, muestra la cercanía con el ex candidato a la presidencia, y la coincidencia sobre lo que hay que hacer en materia económica en la Argentina que viene.
El futuro desembarco de Lavagna en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos tiene que ver con la búsqueda de Fernández de un economista que no integre las filas del Frente de Todos pero que de alguna manera comparta los lineamientos generales de la política económica de un gobierno nacional y popular.
Para el presidente electo ese perfil coincide con el de Marco Lavagna y a quien llamó para convencerlo de conducir el Indec.
El actual diputado nacional que participó en el armado electoral de su padre no dudó en aceptar el convite y se lo comunicó a Fernández poco después de recibir el ofrecimiento.
"Se le ofreció la conducción del Indec y le garantizamos total autonomía porque lo que se necesita es alguien con capacidad, como la de Lavagna, que no forme parte de nuestro espacio político pero que tenga critieros similares a los nuestros en economía", aseguraron los colaboradores de Alberto Fernández.
Fernández conoce a Roberto Lavagna desde los años en que integraban el gabinete de Néstor Kirchner. A partir de esa relación es que el presidente electo conoce a Marco Lavagna. La relación se intensificó cuando ambos formaron parte del Frente Renovador hasta que Fernández se retiró del espacio que lidera Sergio Massa.
Ahora volvieron a encontrarse cuando el presidente electo buscaba un relevo para Jorge Todesca, quien había anunciado su retiro si el Frente de Todos se imponía en las elecciones presidenciales. "Lo conozco mucho, es un hombre muy preparado y autónomo. Desde lo económico tenemos coincidencias", se lo escuchó decir a Fernández sobre Lavagna hijo. Según trascendió, durante la charla acordaron también algunas modificaciones a la ley que regula al Indec. La intención, dicen, es dotar al organismo de más autonomía.
La polémica por Zannini
Por otra parte, los colaboradores de Alberto Fernández están cada vez más convencidos de que Carlos Zannini será el próximo procurador del Tesoro. Ayer le preguntaron a Fernández sobre esta designación y respondió que existe "un 90 por ciento de posibilidades" de que a partir de diciembre se convierta en el jefe de los abogados del Estado. Para el presidente electo resulta estratégico contar con la colaboración de Zannini.
Suele recordar los 12 años que estuvo al frente de la Secretaría de Legal y Técnica y, por lo tanto, quiere aprovechar el conocimiento profundo de la cuestión administrativa del Estado. Hay también un costado reivindicativo en esta decisión es que considera que el ex candidato a vicepresidente fue injustamente perseguido y detenido durante más de cien días.
Fernández quiere a Zannini e incluso desoyó la recomendación que Cristina Kirchner le había hecho. Hace unos días, la vicepresidente electa le dijo que no era conveniente porque sería blanco de críticas. Dicen que Fernández la escuchó y le dijo: "Es mi decisión".