Trascendió que en la mañana del jueves 30 de noviembre a las 7:32 el buque de investigación Víctor Angelescu, del INIDEP, identificó un objeto cilíndrico de aproximadamente 60 metros de largo y 13 metros de diámetro a 477 metros de profundidad en 46º24.5’ de latitud Sur y 60º11.7’ de longitud Oeste.
Así informaba ayer la revista Puerto, cuyo sistio on line era compartido a los familiares de los 44 tripulantes. Entre ellos siete salteños.
La revista indicó que antes de elevar la información, el grupo de investigadores de hidroacústica del INIDEP en el Angelescu realizó 16 pasadas de norte a sur y de sur a norte. También hicieron otras 12 pasadas de este a oeste y viceversa, en todos los casos utilizando las dos ecosondas al mismo tiempo.
El breve informe al que tuvo acceso la revista indica que “se trata de una estructura ubicada sobre el fondo con altos valores de reflectividad sonora, pero que según se observa en la ecosonda monohaz no parece ser parte de la estructura del fondo, es decir que no parecía ser una restinga -banco de arena superficial-”.
Ahora se espera que el hallazgo del Angelescu sea verificado con los minisubmarinos que aportó Estados Unidos para la búsqueda.
En tanto, desde la Armada se señaló que hubieron antes del 30 de noviembre seis contactos. Contactos se define como una señal detectada por un equipo de rastreo que podría ser o no el submarino. Cabe acotar que en esos contactos se encontraron otros elementos pertenecientes a naves hundidas años atrás.
Pesca furtiva en mar argentino
La revista Puerto también hace referencia a el deber de proteger la Zona Económica Exclusiva del Mar Argentino de la pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada. Esto sostiene requiere que el Estado mantenga desplegadas fuerzas de control de manera permanente, lo que significa un costo millonario y que cientos de tripulantes arriesguen su vida.
En 2016 hubo dos persecuciones a cañonazos a pesqueros chinos que faenaban ilegalmente en el Mar Argentino, uno de los cuales intentó embestir a la nave de la Prefectura Naval.
El incidente concluyó con el potero (buque que atrapa calamares) chino hundido. Una colisión en alta mar puede provocar hasta el hundimiento de una o ambas embarcaciones, incendios, heridos y hasta víctimas fatales. Dentro de la ZEE la situación hubiera escalado a niveles en los que no se descartarían las posibilidades de un enfrentamiento bélico.
