"Entre el 18 de julio y el 2 de agosto vamos a ir tratando de volver a la vida habitual, en este nuevo mundo diferente que nos exige cuidados diferentes. Va a ser escalonadamente y lo van a decir los gobernadores", precisó el jefe de Estado, al encabezar en la residencia de Olivos los anuncios sobre las características que tendrá la nueva fase del aislamiento. Agregó que "se ha relentizado la velocidad del contagio y se ha hecho más lenta la ocupación de camas de terapia intensiva", al fundamentar la medida de "apertura" para salir de la cuarentena estricta en el AMBA, a la que se había ingresado en junio ante el aumento de contagios que hizo temer que se llegara a la saturación hospitalaria.
"Si debemos volver atrás, volveremos atrás. Si tenemos que ajustar, ajustaremos más", subrayó el mandatario. "Los objetivos los venimos cumpliendo y esto nos permite tener cierto optimismo", evaluó el jefe de Estado. Valoró que "el esfuerzo no ha sido inútil" y argumentó que "por mucho que nos duela el aislamiento, es lo que nos permite" no caer en una "crisis como la que cayó el País Vasco, donde hubo que elegir quién vivía y quién no", al colmarse el sistema sanitario.