"La determinación del presidente electo (Alberto Fernández) es que empiece un camino de resolución lo antes posible, dentro de las limitaciones formidables que presenta hoy la economía argentina", dijo el economista en una exposición realizada recientemente en la Universidad de Miami.
"Nunca pensé que volvería a hablar en mi vida de reestructuración de deuda", aseguró, antes de marcar las diferencias que existen con la crisis de deuda de 2002.
"Comparada con la crisis anterior, existen aspectos más fáciles y más difíciles: lo más destacable es que en esta no hay tenedores minoristas. En la otra había medio millón de tenedores de bonos en Italia, 40.000 en Japón, en Alemania, en Austria, en Suiza. Esta será una negociación entre profesionales", subrayó.
Otro aspecto distinto que marcó es que "en 2002 la deuda en legislación local en pesos era casi inexistente, hoy es el primer camión que se nos viene encima. Vamos a tener vencimientos por US$ 15.000 millones desde ahora a mayo del año próximo".
"Esto es algo que nunca pasó, no tiene precedentes", afirmó. "Cuando en 2002 los analistas de Wall Street no entendían lo que estábamos haciendo, la gente lo entendió. Ojalá tengamos ese don en la etapa que empieza, porque vamos a necesitar confianza, si no hay confianza no hay nada que hacer", agregó.
El economista dijo que el Gobierno electo está confiado en poder avanzar dado que en el mercado hay matices que no había años atrás, dado que hay "ansiedades distintas y diferentes visiones de la realidad", tanto en los acreedores privados como en el FMI. "A todo el mundo le gustaría que esto nunca hubiera ocurrido, para empezar", dijo el eventual funcionario sobre la crisis de la deuda argentina, pero señaló: "Esto se presenta como un problema de liquidez y no de solvencia, por lo menos por cierto tiempo". Nielsen aclaró que si un problema de liquidez se prolonga en el tiempo, puede devenir en un problema de solvencia y señaló que eso lo tiene "claro" el equipo de economistas liderados por él que está asesorando a Fernández.
Fernández y el Consejo contra el hambre
El presidente electo Alberto Fernández convocó ayer a referentes políticos, sociales, gremiales y empresariales a "hacer algo épico que valga la pena y terminar con el hambre" en el país, en el marco de un consejo federal que busca conformar a partir del 10 de diciembre para implementar políticas públicas. "Tantas veces nos embarcamos en batallas épicas. Hagamos algo épico que valga la pena, que es terminar con el hambre. Y que no sea el mérito de un presidente sino de una sociedad que se puso de pie avergonzada por esa realidad que se vive", dijo el presidente electo a los dirigentes reunidos en sus oficinas de Puerto Madero. Tras la reunión del Consejo contra el Hambre, Fernández manifestó que "hay un problema estructural en la Argentina. El hambre es solo una consecuencia de una estructura económica que no funciona. Esto tiene que ser un éxito de los argentinos, pretendo que quieran la misma Argentina que yo", agregó Fernández. "Esta va a ser la epopeya de los argentinos. En los peores momentos lo logramos. ¿Cómo no vamos a poder ahora?", preguntó Fernández y agregó: "Cuando termine el mandato van cumplirse 40 años de democracia, así que vamos a cumplir el sueño de (Raúl) Alfonsín, cuando decía que con la democracia se puede educar, se puede curar y se puede comer". Del encuentro, coordinado por el diputado del Frente Renovador Daniel Arroyo, (quien suena como posible ministro de Desarrollo Social) participaron la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el titular de Cáritas, Carlos Tissera, el conductor de TV Marcelo Tinelli, la chef Narda Lepes y la empresaria María Cher. También el cosecretario de la CGT Héctor Daer; el referente del Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), Agustín Salvia; la titular de Ctera, Sonia Alesso; y de Suteba, Rodolfo Baradel; el representante de la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Esteban Castro; el presidente de la Federación Agraria, Carlos Achetoni; y el dirigente de la Unión Industrial, Daniel Funes.