Lo cierto es que se viralizó un texto cargado de nostalgia e historia, que demuestra una vez más que el ingenio y sentimiento argentino supera los límites mundiales.
“Hemos jugado un partido clave contra ellos. En el momento en que el árbitro comenzó el juego, ellos eran impulsados por una fuerza sobrenatural, parecía como si detrás de ellos, había fantasmas con cascos de guerra corriendo detrás de ellos (sic).
Desde ese momento supimos que ellos no estaban solos. Sus hinchas gritan y alientan sin parar, su país queda inmóvil, solo respiran, no comen, no hablan y no piensan en nada. Sus lágrimas caen todo el tiempo, porque llorar también es de hombres.
Los niños lloran y consuelan a sus madres, sus jugadores corren y corren pero jamás los hemos visto cansados.
Dicen que en el fútbol no hay un Dios, pero ellos tienen un Dios al que lo llaman Maradona. Y vuelvo a repetir, fantasmas del pasado corren detrás de ellos empujándolos a seguir exactamente como sucedió en el '86.
Quizás ellos sean los campeones, quizás no, pero el rival que se enfrente con ellos tendrá que enfrentarse a 26 jugadores y 649 fantasmas argentinos”.
