Una multitud se reunió en Champs de Mars, al pie de la Torre Eiffel, para vivir el minuto a minuto del partido ante Croacia.
Lo vieron en pantallas gigantes y al finalizar el encuentro, no faltaron los festejos.
Después del pitazo final, los cantos y la alegría se multiplicaron. Las calles se inundaron de simpatizantes con banderas de Francia. Algunos llevaban bengalas de colores y se subían a los autos. En varias ciudades se registratron incidentes, destrozos y saqueos. Tambien un muerto.
Los festejos siguieron una vez que Griezmann y compañía abandonaron el Estadio Luzhnikí. Y allí, mientras los jugadores transitaban en micro por las calles de Moscú, el flamante campeón se acordó de quien fuera su rival hasta hace algunos días: un tal Lionel Messi.