La vientista norteña tocará en el Teatro (Aniceto Latorre esq. Alvear) a partir de las 21.30, junto al guitarrista salteño Carlos Fernando Vargas (arreglador del disco) y en percusión Esteban Cardena, a ellos se suman los invitados la Bruja Salguero que viene desde La Rioja y la banda de sikuris "Yuyaichaquis".
Este recital estreno de los temas premiados con el Gardel por su álbum “Jallalla”, se enmarca en las IV Jornadas de Formación Instrumental y Vocal en Salta y que culmina precisamente con este recital del 15 de junio.
“La expresión aymara “Jallalla” es la síntesis del disco, porque a diferencia de los anteriores, este tiene más temas cantados que instrumentales, dice Micaela Chauque entrevistada por Nuevo Diario.
“Tiene la esencia del sikus, la quena y la copla, pero visto desde un lugar distinto, desde otra visión desde otra mirada, con un sonido también, trabajado con una sonoridad muy profesional. Creo que logramos una calidad de audio que se nota y lo hace muy distinto a lo discos anteriores” agrega.
La artista que elige repartir su origen entre Jujuy y Salta, es vientista, luthier y también cantante. Aunque es oriunda del paraje Santiago de la localidad de Iruya, ella prefiere decir que es norteña.
“Me considero absolutamente norteña. Está bien la expresión porque soy salto-jujeña. Soy de las dos provincias por mis familias que son oriundas de ambos lados. Una proviene de Iruya y la otra parte de mis abuelos vienen de Humahuaca, entonces tenemos esas dos raíces”.
Salteños y jujeños tienen derecho a llamarme como se sientan más cómodos, yo estoy feliz cuando me llaman salteña o jujeña, me parece justo y es también honrar a la dos raíces que yo pertenezco”, sostiene.
Su disco “Jallalla” está conformado por diez canciones, cinco de ellas instrumentales, cinco cantadas y hay tres que son de su autoría. Las otras son de distintos autores entre ellos Ricardo Mollo y Diego Arnedo del grupo Divididos, de Jujuy, Bolivia, y hasta hay un autor japonés, un guitarrista que hace música andina”.
Además "Kolokolito", "Romance de viento y quena" y “Mi cultura la copla” “Niña Rosa” y “Soy de la Puna – Demasiado corazón”, entre otros, una de ellas está tocada con un Toyo, que un sikus de tono bien grave y gigante de más o menos de 1 metro y medio”.
“El tema que da nombre al disco se llama “Jallalla Tiwanacu”, por eso decidimos adoptarlo con título del disco. Es una expresión se utiliza mucho en toda la región andina. De allí nace el Jallalla Wuarby y la gira que hicimos por Europa. Mirá todo lo que fuimos generando a partir de esta expresión, y como consecuencia nació este disco”, añade Micaela.
Como invitados participaron cantando y componiendo nada menos que Ricardo Mollo y Diego Arnedo, y cuenta cómo fue que ocurrió: “Ellos se sumaron porque logramos una linda amistad. Nos reunimos para la presentación del último disco de Divididos y bueno, quedo la comunicación y la amistad para invitarlos a colaborar con este disco. Mollo cantó y compuso “Florcita de cardón” y Arnedo es el autor de “Tengo Bagualas y coplas”.
El título del disco la tiene feliz porque se la pasa diciendo Jallalla a donde va, en la tele en la prensa de Latinoamérica, como también lo hizo al agradecer la entrega del premio Gardel.
“A mi esta palabra me da como un marco muy bonito sobre este concepto del disco. “Jallalla”, significa para mi viva, energía o fuerza. Es una palabra compuesta que significa varias cosas. Es aymara, es una expresión propia de las bandas de sikuris y la utilizan los indígenas en el altiplano cuando están juntos, cuando algo nos hace sentir bien”, describe.
La música andina vuelve a escucharse bastante luego de un tiempo y Micaela se siente parte de ese renacer. “Mi música siempre fue de raíz andina, una cultura en particular que representa a la regiones ancestrales de todo el Noroeste argentino y de todas las regiones del altiplano”.
“Está siendo de nuevo muy escuchada. Tuvo su auge en la década del 60 y del 70. Luego bajó mucho, pero bueno ahora creo que con las nuevas generaciones y la nueva conformación de bandas de sikuris y nuevos intérpretes, está renaciendo”.
El premio Gardel obtenido hace poco tiene que ver con este hecho y aunque Micaela Chauque afirma que no trabaja para ganar premios es un justo reconocimiento al trabajo que viene realizando hace muchos años.
“Para mí que la industria discográfica de argentina que entrega el premio Gardel, me reconozca como mejor álbum de música folclórica y como artista femenina, me pone en un compromiso especial, porque en este momento yo estoy pensando cómo voy a continuar de aquí en adelante con mi trabajo musical para que sea visibilizado como corresponde”.
Cuando se cuestiona este peldaño obtenido, la artista se da cuenta que ha abierto un camino en este sentido porque hay muy pocos referentes de la música andina que ganaron un premio de esta magnitud.
“En este género tradicional desconozco quienes hayan ganado un Gardel, en especial artistas mujeres seguro que no. Los Tekis si, pero es otro estilo en el uso del sikus y la quena. Lo que hago yo es un estilo de música folclórica de raíz ancestral creo que no hay antecedentes”, indica.
La vientista y compositora es ahora también cantante. Se la solía escuchar en temas instrumentales y a veces cantando coplas pero este tercer disco de los diez temas grabados ella canta una vidalita, un carnavalito, un huayno y un taquirari. Además inauguró su etapa como productora artística.
