El premio fue impulsado por el senador Juan Carlos Romero y la ex senadora Sonia Escudero y reconoce la labor cotidiana de mujeres destacadas de la provincia de Salta en distintas áreas, que van desde el conocimiento, el desarrollo científico y tecnológico o se destaquen en tareas que recalcan sus valores humanos, solidarios, cívicos y democráticos.
“Mecha”, como la conocen en la Villa, tiene 90 años, está casada con Héctor Flamini, con quien tuvo dos hijos: Adriana y Cacho.
Fue postulada por Graciela Arjona, amiga y vecina. Desde 1958 vivió en Ituzaingó al 1100 y siempre militó en el Partido Justicialista, en la iglesia católica y en todo lo referido a la acción social. Según cuenta su amiga Graciela, un día vio la convocatoria de postulantes en Twitter y sin dudarlo decidió postular a Mecha, en quien vio innumerables acciones que solo buscaban mejorar la situación de sus vecinos.
“Yo voy a cumplir 60 años y cuando tenía 18 ella ya andaba colaborando con la escuela, el centro de salud y la parroquia. A mí me llamaba la atención porque en los actos siempre estaba ella con sus hijos. Ella militaba en política y ya de grande supo tener un comedor en la biblioteca Macacha Güemes, dónde asistía a los abuelos”, contó Graciela a Nuevo Diario.
El comedor se llamaba Virgen del Valle y formaba parte del Plan Solidario para los Mayores, que por ese entonces estaba a cargo de Alberto Romero. En los primeros tiempos funcionaba en las instalaciones de la biblioteca y tiempo después en la casa de la familia Flamini.
“También repartía leche a las 6 de la mañana. Cuando se rompía un vidrio o faltaba algo en la escuela Bélgica, sin ser de la cooperadora siempre estaba juntando a los vecinos para colaborar. Gestionaba para que limpien la plaza e hizo que donaran un espacio público en el pasaje Bedoya para que levanten un monolito para el padre Salustiano Miguelez.
Además colaboraba con las parroquias Santa Teresa y San Antonio”, agregó. Los vecinos la recuerdan como la mujer que los incentivó a progresar, conseguir trabajo y a participar en las actividades de la comunidad.