La osadía inició en la zona norte de la ciudad cerca de las 13, cuando dos chicos, subieron al colectivo. De inmediato se ubicaron a un costado de la puerta trasera, más precisamente al lado del timbre para descender.
"Uno de ellos llevaba puesto un bolso botinero y del brazo le colgaba una campera. El otro estaba a su lado. Cuando el colectivo, que no tenía cámaras de seguridad, iba por la calle Mitre una joven con uniforme de la escuela Normal, tocó el timbre. En ese momento, uno de los pungas con total descaro le abrió la mochila, sacó algo que luego metió en su bolso, sonrió y cambió su ubicación, la joven nunca se dio cuenta", contó la pasajera a Nuevo Diario.
La mujer al advertir la situación miró a los ladrones que de forma intimidante se pararon a su lado, generándole temor. Luego se sentaron en los últimos asientos.
La modalidad volvió a repetirse sobre la avenida San Martín, cuando la unidad de transporte iba abarrotada de pasajeros. "Aprovechando el tumulto volvieron a robar, admito que sentí miedo porque alguien que se dedica a hacer eso es capaz de hacer cualquier cosa, no sabía si estaban armados", sostuvo la mujer.
La situación se tornó insostenible cuando una joven, con una cartera amplia, la cual estaba abierta, tocó el timbre sobre la avenida San Martín, más precisamente en la cancha de San Martín. "La rodearon y le metieron la mano en la cartera, ella se dio cuenta y los miró `devolveme lo que me sacaste´ les dijo.
Ahí me levanté y le dije que le estaban robando, otras mujeres también los señalaron, pero el chofer lejos de cerrar las puertas paró, situación que los ladrones aprovecharon para huir con el botín", contó. La mujer dijo que el colectivo no tenía cámaras de seguridad que Saeta anunció iban a instalar en todas las unidades.
