Una vecina afirmó ante Nuevo Diario que no saben qué buscaban los policías, dijo que “de solo estar empezaron a los tiros” y pateban violentamente las puertas de algunas viviendas, aunque al parecer no buscaban a nadie en particular.
Según el relato de los vecinos, los policías llegaron en cuatro patrulleros y bajaron disparando sus armas en dirección a las viviendas de chicos que tienen problemas de adicción, a pesar de que “no estaban haciendo nada los chicos”.
“Aquí hay muchos chicos con adicciones”, aseguraron los vecinos, para quienes hay consumo “de todo” y a edades muy tempranas.
En ese contexto, afirmaron que cuando piden ayuda, no la reciben, ni en el ámbito del Poder Judicial ni en el Poder Ejecutivo. “Él me llora, me dice mamá sácame, no sé cómo hacerlo”, dijo una mujer cuyo hijo es adicto.
Asimismo, los vecinos afirmaron que viven con miedo porque cada vez que denuncian a las personas que van a vender droga, reciben amenazas de muerte, como ocurrió recientemente con un dealer que fue detenido y que amenazó: “Van a caer todos”.
“No sabemos qué hacer y la gente tiene miedo”. “Eso yo lo estoy padeciendo con mi hijo, porque uno habla y pide ayuda y en vez de ayudar de otra manera, a los tiros”.
Los vecinos afirmaron que los policías tiraban con balas de plomo y que tras una primera entrada, se retiraron y regresaron pasada la medianoche y recién se fueron a las 6.
“Hemos pedido ayuda en varios lugares”, afirmaron los vecinos sobre el consumo de drogas. Una mujer dijo que pidió ayuda en el Juzgado de Menores 2, cargo de la jueza Sylvia Bustos Rallé, pero no recibieron ninguna respuesta.
Otras afirmaron haber pedido ayuda en áreas del Ejecutivo provincial, pero dijeron que tampoco fue efectivo porque quedaron enmarañadas en la burocracia y no pudieron resolver sus urgencias.