El sumariante, al volante de un VW Gold, color blanco, fue protagonista de un incidente que incluyó no sólo la circulación en contramano sino también una persecución que comenzó en la zona centro y terminó en calle España al 1.700.
La Voz de Salta publicó algunos detalles del incidente, el que fue reportado por un sargento, del Sector 2, quien iba al frente del móvil 1.207. El suboficial contó que al realizar patrullaje preventivo advirtieron junto a su compañero el auto Gold que circulaba en contramano por calle 25 de Mayo, por lo que se apostaron en la esquina con Santiago del
Estero para detener al conductor
El automovilista, sin embargo, logró superar esa barricada y siguió por la misma calle, para luego doblar por General Güemes hacia el oeste. Los policías salieron en su persecución por distintas calles, entre ellas Belgrano, República de Siria y España al 1.700, donde finalmente el auto se detuvo tras subirse a la vereda.
Cuando los uniformados llegaron, el conductor los esperó sin salir del auto y cuando le pidieron que descienda, el mismo hizo en principio caso omiso y tampoco se quiso identificar, por lo que los uniformados avanzaron y el explicaron que tenían que secuestrarle el rodado.
Fue entonces que el conductor, según la denuncia, visiblemente alcoholizado, descendió del auto y se identificó. “Soy sumariante de una jueza.
Yo me las sé todas, ya van a ver yo zafo de todas”, adelantó el automovilista, un vecino de 30 años de barrio Intersindical.
El ofrecimiento de la coima
El conductor intentó convencer a los policías para dejar pasar el incidente, pero no movió a los uniformados de la decisión de seguir con el procedimiento, el que incluía como primera medida la presencia de otros compañeros a fin de poder efectuar el control alcoholemia.
En esas circunstancias, el sumariante, quien amenazó a los policías con hacerlo echar a los policías gracias a su posición laboral, al lado de una jueza de menores, optó por ofrecerle a los policías una “coima” de 100 dólares y así poder retirarse en su auto.
La propuesta, pese a tratarse de una suma interesante dado la constante suba de esa moneda extranjera, no fue aceptada por los policías, quienes siguieron con el protocolo del procedimiento. Parte del mismo, incluyó al móvil 283, cuyos policías realizaron el control de alcoholemia.
La prueba, según se informó desde la policía, indicó que el sumariante llevaba 1.73 gramos de alcohol en sangre.
En vista de ello, y de las otras infracciones cometidas, la policía retuvo el rodado, el cual quedó en la comisaría Primera, donde quedó incautado.
Atento a las amenazas y el intento de cohecho, el sargento encargado del procedimiento para el sumariante, radicó la denuncia del caso debido a las amenazas realizadas por el sumariante respecto a la estabilidad de su fuente laboral.