Si bien lo consideraron un avance, los miembros de la Asociación Autorregulada Soberanía Medicinal de Cannabis sostuvieron que buscan “que se protejan (las plantas con las que cuentan algunos pacientes), porque son cultivos medicinales”.
Horacio Lagos, referente de la entidad mencionada, dijo a Nuevo Diario que pese a los avances aún se espera la reglamentación de la Ley. Uno de los puntos fundamentales es el artículo 6, que dispone la creación en el Ministerio de Salud Pública de un registro voluntario a los fines de autorizar, en virtud de lo dispuesto por el artículo 5º de la Ley Nacional 23.737, la inscripción de los pacientes y familiares que presentando las patologías incluidas en la reglamentación y proscriptas por médicos matriculados, sean usuarios de aceite de cáñamo y otros derivados de la planta de cannabis, con el resguardo de protección de confidencialidad de datos personales.
Esto podría resguardar los a cultivadores medicinales que necesitan cepas distintas para elaborar aceites según la particularidad de cada patología. Muchos de los pacientes que precisan los aceites tienen convulsiones refractarias, lo cual implica que los medicamentos “legales” no producen efecto. Algunos llegan a tomar hasta 20 medicamentos, al tiempo que su salud se deteriora. Con los aceites y sus diversas combinaciones se morigeran los efectos de la enfermedad.
Visibilizar beneficios
Lagos indicó que, a partir de ahora, la Asociación tiene como objetivo apuntar a su consolidación y poder dar una mayor difusión a los beneficios del cannabis en la salud. Y es que indicó que los aceites suelen tener menos contraindicaciones que aquellas que producen los fármacos, tanto en niños como en adultos.
Mientras, desde la Ley se apunta a la necesidad de impulsar la investigación sobre las propiedades de la planta para lograr la producción pública de cannabis en todas sus variedades y su eventual industrialización.