Maximiliano León, presidente de la entidad, aseguró a Nuevo Diario solicitarán que "antes de que se repartan las licencias entre las remiseras que las pueden comprar, se dé solución a las licenciatarios individuales que perdieron sus licencias y por consiguiente la fuente laboral, y a las remiseras que fueron clausuradas".
Para que los trabajadores del volante que perdieron sus fuentes de ingreso al quedarse sin licencias vuelvan al mercado laboral propone que las sanciones administrativas sean cambiadas por sanciones pecuniarias y que "no se los castigue con quitarles el negocio".
"El remis es un negocio de altísimo riesgo en el que se puede perder el vehículo. Hoy podemos trabajar y mañana estar parados por meses, ya sea por enfermedad, accidente o cualquier otra razón. Bajo esta realidad es justo el pedido de una multa como solución", agregó.
León graficó que si la AMT cobra al menos 30 mil pesos como multa a cada ex licenciatario recaudaría alrededor de 21 millones de pesos.
Jorge Mendoza, vicepresidente, relató que perdió su licencia hace dos años por no poder trabajar durante tres meses a causa de una enfermedad. "Desde ese día que voy a la AMT para que reconsideren porque era mi única fuente de ingreso y tengo hijos que mantener. A la edad que tengo ya me es difícil conseguir un trabajo. En la AMT me dicen que vaya con un abogado porque no tengo el dinero para hacerlo", sostuvo.