Adolfo Rosas, director de Inclusión y Militancia Social, informó que "hemos detectado, a través de informes previos, que de cada tres hogares visitados en dos se encuentran problemas de adicciones".
Luego agregó que "esta es la forma más concreta y más directa de intervención que se puede hacer en una política de lucha contras las drogas".
Las actividades iniciaron desde el puesto policial, un lugar que durante los fines de semana se torna violento, por la resistencia de grupos antagónicos a su existencia. Los asistentes recorrieron las calles, que están dividas por la presencia de patotas, transmitiendo un mensaje destinado a combatir esta problemática social.
El funcionario explicó que "estamos con un trabajo profundo, ya que se detectaron casos de menores de 10 años hasta jóvenes de 23 con graves situaciones de consumo, por lo cual inmediatamente hacemos el abordaje con los dispositivos que tenemos para ayudar y afrontar la recuperación de esas personas".
Una jornada participativa
Durante la jornada también estuvieron presentes integrantes del CIC de Unión, personal de la Policía de Salta y vecinos, quienes recorrieron las distintas arterias del barrio dando a conocer las acciones de prevención y abordaje de la problemática de adicciones.
También se distribuyó folletería y se informó a la comunidad sobre los casos de jóvenes y adultos que ya se recuperaron, gracias a la ayuda de los profesionales que forman parte del centro de rehabilitación "Padre Pepe Di Paola".
Antecedentes violentos
El barrio Unión tiene lamentables antecedentes de violencia, por constantes enfrentamientos de patotas. La situación llegó a límites impensados cuando un joven fue asesinado de un balazo en mayo de 2013. Daniel Figueroa tenía 17 años cuando fue atacado en la vereda de la casa de un amigo.
Policías en aquella oportunidad declararon que el adolescente trabaja con un grupo de efectivos como voluntario para combatir el flagelo de las drogas, algo que no fue bien recibido por grupos violentos de la zona.