La ceremonia de Renovación del Pacto de Fidelidad entre el pueblo de Salta y sus Santos Patronos se inició minutos antes de las 18 en un clima de devoción y esperanza.
Monseñor Mario Cargnello comenzó su mensaje agradeciendo al Señor y la Virgen del Milagro por permitir el encuentro en este septiembre. “Renovamos este nuevo Pacto que nos marca el camino nosotros somos tuyos y tu eres nuestro”, dijo el prelado.
Luego Cargnello se refirió a una Argentina y a su pueblo que busca la unidad y que sufre por las heridas que se resisten a ser curadas, “tenemos una tierra bendita, con argentinos capaces de buscar el bien, donde no debemos repetir errores, una Argentina que sabe cual es el sentido de ser Nación, donde no debemos mantener el modelo de unitarios o federales, nacionalistas o liberales, de los oficialistas o de los opositores”, agregó.
Luego recordó a los escritores Ernesto Sábato y Jorge Luis Borges. En el caso de Sábato hizo referencia en su homilía a un pasaje del libro Romance de la muerte de Juan Lavalle, en la que se describe el poncho en el que son envueltos sus huesos, “un poncho que tenía el color de la tierra a donde iba el hombre y era la razón del ser de todos los pueblos y naciones”. En cuanto al texto de Borges, lo situó en los años 50 que escribía “nadie es la Patria, la Patria es un acto perpetuo de respeto mutuo. Nadie es la Patria, todos los somos”, dijo.
Educación religiosa
Y mientras el frío comenzaba a hacerse sentir cada vez más en la tarde salteña, Cargnello continuaba su homilía haciendo referencia a que la Argentina está en el corazón de todos nosotros y en el de nadie. Todos somos hombres, todos somos personas”.
Después habló de los niños, jóvenes, las familias, víctimas de violencia, que sufren abusos que dejan una tristeza que no abandona, cuando pierden sus ilusiones.
“Los jóvenes, los niños, los pobres quieren ser escuchados, necesitan una mano para no destruirse, confían en una esperanza que no se destruye, para conseguir salud, vivienda, trabajo”, dijo Cargnello.
También tuvo palabras para los mayores, para los profesionales, los maestros, “que trabajan con el corazón y la alegría, para los empresarios responsables, que buscan el bien de sus trabajadores y no especulan con la expresion financiera”.
Marcó la necesidad de funcionarios austeros, que no alimenten la corrupción y miren a los más pobres. Así llegaría el tiempo de de hablar de una Argentina que está en el corazon de todos, de una Argentina justa, que “no tolere la desaparición de persona alguna, que busque las leyes, que diga no a la mentira y a la violencia”.
Casi finalizando su homilía Cargnello se refirió a la eduación religiosa, pidiendo para que se permita a los niños una educación integral de la que es parte la educación religiosa.
Finalmente recordó los cuatro momentos a los que el Papa Francisco se refirió en su inicio apostólico: tiempo, realidad, unidad y compartir. Tras esa alocución que llevó casi 30 minutos y fue escuchada con respeto por miles de fieles, procedió a la renovación del Pacto de Fidelidad.
