“La gente no está con intenciones de volver, porque ellos dicen que no es la primera vez que se inundan en ese lugar, sino que cada año se inundan, pero esto como que ha sido la peor inundación que ha pasado, y es una cosa que ellos no quieren repetir”, contó a Nuevo Diario Osvaldo Villagra, integrante del Centro de Estudiantes de Pueblos Originarios (CEUPO), que realiza una colecta de donaciones para llevar a esta comunidad y los habitantes de Monte Carmelo y Santa María, también afectados por los desbordes del río Pilcomayo.
Villagra es de esa zona costeña, de la Comunidad La Puntana, donde el agua entró y afectó a algunos pobladores pero no a su familia. El CEUPO, en el que están también dos estudiantes de La Curvita, ya llevó ayuda a los inundados.
“Casi la mayoría de la gente está pensando quedarse y reubicarse donde están ahora cerca de El Rosado”, contó el joven.
Ahora el CEUPO está realizando otra colecta, pero piden sobre todo herramientas de trabajo, alimento y agua, cosas que pueden acercarse a los gimnasios de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). El CEUPO tiene previsto llevar estas donaciones, en un viaje que harán entre el 27 y 28 de este mes, al campamento de La Curvita y Monte Carmelo, y a Santa María.
Villagra, quien agradeció la ayuda de Extensión Universitaria, que puso el colectivo para llevar las anteriores donaciones, considera que hay cuestiones urgentes de las que debe ocuparse el Gobierno: proveer de energía eléctrica y de agua potable al campamento.
El tendido de la red eléctrica llega a El Rosado pero no se hizo la bajada para que el uso en el campamento.
En ese lugar hay un pozo de agua, pero por su profundidad es necesario contar con energía eléctrica para sacar agua con un motor.
“Otra cosa que es importante también es el arreglo de los caminos y de la limpieza del lugar”, sostuvo Villagra.