Operadores del Ministerio de Asuntos Indígenas señalaron a Nuevo Diario que la zona “más complicada” en este momento es el centro del departamento Rivadavia.
A las dificultades propias por contar solo con los dos helicópteros de la provincia (dado que la Nación no envió helicópteros), se sumó ayer la lluvia de todo el día, por lo que no pudo salir ningún vuelo con ayuda. Hay unas 120 comunidades que están afectadas por las crecidas y que aún están aisladas.
En estos días, la bajante del río Pilcomayo dio un respiro, lo que posibilitó que baje el agua en las comunidades costeras y se habilite el tránsito por la ruta provincial 54 y otros caminos.
Distinta es la situación en la zona centro y sur del departamento, donde hay todavía familias criollas y comunidades indígenas aisladas tanto por la crecida de cañadas como por los desbordes de los ríos Teuco y Bermejo.
Por otra parte, se informó que ayer, en la jurisdicción del municipio de Rivadavia Banda Sur, se realizó un operativo de asistencia a seis familias del paraje El Pasteadero. Estas familias estaban “completamente aisladas y rodeadas por el agua”.
Se indicó que se entregaron módulos alimentarios, lavandina y bidones de agua mineral. Los integrantes del operativo fueron un tramo por tierra y recorrieron otros 7 kilómetros en un bote del municipio.
Colecta solidaria para Rivadavia
El Centro de Estudiantes Universitarios de Pueblos Originarios (CEUPO) informó que continúa con la colecta de agua potable, pañales, utensilios de cocina y colchones con el objetivo de ayudar a comunidades indígenas afectadas por las crecidas en el departamento Rivadavia.
La ayuda puede dejarse en los gimnasios de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). Los estudiantes del CEUPO ya han realizado viajes llevando ayuda a los damnificados del norte.