Según se pudo conocer mediante algunos trabajadores (en actividad algunos, otros ya despedidos) de la SsAF, desde la entidad se participó activamente en el último censo de 2008, con el fin de visibilizar las explotaciones agropecuarias de los agricultores familiares, hasta ese momento invisibilizados en los anteriores censos.
“Sucede que si el censista no tenía demasiado compromiso, sólo iba hasta los pueblos del interior y hacía el censo a los que encontraba, cuando las familias campesinas viven muchas veces en lugares inaccesibles, donde se puede ingresar solamente caminando”, contó una de las trabajadoras ante la consulta de Nuevo Diario respecto de los trabajos que realizó la entidad hace 10 años.
Para el 2008, con el llamado “paro del campo”, mediante, las dificultades no fueron menores, recordó. Sin embargo, los técnicos de la SsAF en Salta no solamente acompañaron a los censistas, sino que además se convirtieron ellos mismos en censistas para poder dar visibilidad a estas explotaciones. Sucede que, por ejemplo, en lugares como Santa Victoria Oeste (quizás uno de los lugares con parajes más inaccesibles en Salta), los censos anteriores sólo contaban decenas de familias campesinas, cuando había muchas más.
Sin presentarse
En un último comunicado, los trabajadores de la SsAF que se encuentran con medidas de fuerza ante los 26 despidos concretados en lo que va del año, sostuvieron que “ni el coordinador provincial, Kenji Gómez Matsumoto, ni el personal de su confianza se ha hecho presente en la oficina, dejando sin interlocución” a los trabajadores para conocer qué sucederá con sus puestos laborales.
Los trabajadores consultados sostuvieron que su permanencia pacífica en la sede de la entidad (ubicada en el INTA), “tiene el principal objetivo de resguardar la fuente de trabajo y las herramientas asignadas para desarrollar el mismo”, pues, recordaron, a nadie se le impide acceder al edificio para desempeñar sus tareas.
En esta coyuntura en la que el responsable de la entidad se tomó licencia médica sin dejar a nadie a cargo, sostuvieron que nadie tiene explicaciones ni directivas sobre cómo deberán continuar trabajando “sin un 43% del plantel que teníamos al inicio de 2018”.
Mientras, señalaron que el material de trabajo, el equipamiento de la oficina, y los bienes, quedan sin responsable ni resguardo, y los compromisos pendientes con las familias agricultoras, las organizaciones campesinas y originarias y las entidades provinciales, nacionales e internacionales con quienes se articuló el trabajo, “quedan sin respuesta y con compromisos de ejecución, financiamiento y gestión pendientes”.