Spicer renunció a su cargo tras seis meses de conflictos y desacuerdos con el presidente Donald Trump, quien ya nombró a su reemplazante Sarah Huckabee Sanders.
La renuncia de Spicer llegó tras el nombramiento como secretario de Comunicaciones de Anthony Scaramucci, un empresario neoyorquino cercano al entorno más íntimo del presidente y que apareció varias veces en televisión para defender las políticas de Trump.
"Ha sido un honor y un privilegio" servir a Trump y al país, señaló Spicer en un escueto mensaje en Twitter, sin mencionar las razones de su salida.
Trump lo homenajeó. "Sean Spícer es una persona maravillosa que ha sido terriblemente maltratada por los medios de las falsas noticias, pero su futuro es brillante", expresó el mandatario en Twitter.
La intempestiva renuncia de Spicer se conoció instantes después de que una fuente del gobierno informara que Trump escogió al millonario Scaramucci, de 53 años, al frente de la estrategia de comunicaciones de la Casa Blanca.
El cargo estaba vacante desde mayo, cuando Michael Dubke entregó su carta de dimisión alegando "motivos personales".
En su primera comparecencia pública, Scaramucci negó que hubiese tensiones internas en la Casa Blanca, ya que la "cultura" del equipo es "poner por delante la agenda del presidente".
"No tengo ninguna fricción con Sean" y tampoco con Priebus, dejó claro Scaramucci. "Con Reince somos un poco como hermanos, inclusive a veces jugamos duro como hacen los hermanos", añadió.
En la estructura de la Casa Blanca, la oficina de Scaramucci es la que diseña la estrategia de comunicaciones de la presidencia, aunque el portavoz es el rostro visible encargado de aplicar esa línea comunicacional.