Los 12 niños y su entrenador de fútbol, encontrados vivos tras haber pasado nueve días sin víveres en una cueva inundada del norte de Tailandia, deben recuperar fuerzas antes de iniciar una delicada evacuación bajo el agua, aunque podrían permanecer en la gruta durante meses antes de poder ser sacados al exterior, apuntaron el lunes fuentes oficiales.
"Nuestra misión de búsqueda fue coronada con éxito, pero todavía nos queda sacarlos de ahí", declaró el gobernador de la provincia de Chiang Rai, Rarongsak Osottanakorn, jefe de la célula de socorro, satisfecho por haber logrado esta "misión imposible".
Este martes está prevista la instalación de una línea directa, de varios kilómetros de largo, en la galería principal de la cueva con el fin de que los niños puedan comunicarse con el mundo exterior, especialmente con sus padres.
No obstante, las posibilidades de que puedan salir este martes son escasas. El nivel actual del agua implica un recorrido submarino que un buzo experimentado haría en seis horas, precisaron los socorristas.
Los niños, de entre 11 y 16 años, fueron hallados el lunes a la noche junto a su entrenador de 25 años, por buzos británicos, "sanos y salvos", a más de 4 km en el interior de la cueva.
El grupo se encontraba en un saliente situado lejos, en los meandros de la gruta, ubicada en la frontera con Myanmar y Laos, donde se quedaron bloqueados el 23 de junio por la subida de las aguas.