En tanto, en sintonía con el país del norte, Israel alista su salida de la Unesco y planea presentarla en breve ante el organismo.
"Esta decisión no se tomó a la ligera y refleja las preocupaciones de los Estados Unidos con los crecientes atrasos en los pagos en la Unesco, la necesidad de una reforma fundamental en la organización y la tendencia anti-Israel continua", aseguró la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
Durante los últimos años, la organización aprobó varias resoluciones muy criticadas por Israel, por ejemplo, textos que omiten la vinculación judía a la denominada Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, pese a ser el lugar más sagrado de la religión.
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Washington se ha alineado muy claramente con Israel en las Naciones Unidas, denunciando repetidamente la supuesta parcialidad contra su socio dentro de la organización.
La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, afirmó "lamentar profundamente" la decisión de Estados Unidos, recientemente anunciada.
"La universalidad es esencial para la misión de la UNESCO, para construir la paz y la seguridad internacionales frente al odio y la violencia, con la defensa de los Derechos Humanos y de la dignidad humana", destacó Bokova en un comunicado.
La responsable de la organización confirmó que el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, la notificó de la medida. "En el momento en que la lucha contra el extremismo violento pide una inversión renovada en educación y en diálogo intercultural para prevenir el odio, es profundamente lamentable que EE.UU. se retire de la agencia de Naciones Unidas que se ocupa de estos asuntos", consideró la directora.
En tanto, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, instruyó a la cancillería a preparar la documentación para seguir los pasos tomados por Washington, según informaron fuentes del Gobierno en un comunicado.
"La Unesco se ha convertido en el teatro del absurdo, donde se deforma la historia en lugar de preservarla", añadió.