El gobierno de Donald Trump dispuso que se arroje por primera vez en un conflicto la “Madre de todas las bombas”, contra un complejo de túneles del Estado Islámico (EI) en la provincia de Nangarhar (Afganistán). La bomba “hizo impacto en un complejo de cavernas” y túneles excavados en el distrito de Achin.
Es la primera vez en la historia que Estados Unidos utiliza la bomba GBU-43 Massive Ordnance Air Blast (MOAB), un gigantesco proyectil de unas 10 toneladas de peso, diseñado para destruir complejos de cuevas y túneles subterráneos.
En la Casa Blanca el presidente Donald Trump saludó la operación, que calificó como “una misión muy exitosa”. “Tenemos los mejores militares del mundo, y volvieron a hacer su trabajo, como es su costumbre”, expresó el mandatario.
“Es la más potente bomba no nuclear jamás usada en combate”, dijo un portavoz de la Fuerza Aérea, encargada del operativo.
"La bomba MOAB pesa 10 toneladas y explota al llegar al suelo. El radio de acción está en el orden de 1,5 kilómetros. Es un elemento de medida para amedrentar al enemigo", explicó el mayor Gabriel Blanco, experto en armas de destrucción masiva y ex inspector de la ONU en Irak, cuando se desarrolló el prototipo.
En las últimas horas, se confirmó que el lanzamiento de la bomba mató a más de 36 combatientes de ISIS y destruyó una red de túneles de la organización.