Mientras se acentúa el éxodo por el conflicto la Asamblea General de la ONU expresó su preocupación ante denuncias de que cientos de hombres se encuentran desaparecidos tras cruzar de las zonas rebeldes a las controladas por el Ejército, y de que los insurgentes impedían que otros abandonen el este de la ciudad.
En tanto, cientos de civiles sirios abandonaron ayer a pie el sector este de Alepo en medio de la implacable campaña militar de Siria y sus aliados, que comenzó con un sitio y bombardeos en julio y derivó en una incursión terrestre el mes pasado.
El éxodo llegó un día después que el Ejército sirio suspendiera sus ataques aéreos para permitir la evacuación de miles de civiles, aunque activistas de Alepo dijeron que no hubo freno a los ataques con artillería ni cesaron los combates.
En franca retirada, la oposición armada al presidente sirio, Bashar Al Assad, controla ahora sólo una pequeña porción de la segunda mayor ciudad de Siria.
La reconquista de Alepo, que el jueves Al Assad dio por hecho, podría marcar un punto de inflexión a favor del Ejército en una guerra de ya casi seis años de duración que devastó la nación y dejó cientos de miles de muertos y unos 12 millones de desplazados o refugiados, la mitad de la población del país.
Nuevos ataques aéreos y de artillería alcanzaron el jueves en la noche y ayer a varios barrios del este de Alepo, informó la ONG opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que dijo desconocer si los bombardeos habían provocado víctimas.
Más de 400 civiles, entre ellos 45 chicos, murieron en el este de Alepo desde el comienzo de la incursión terrestre apoyada por la aviación, según cifras dadas ayer por el Observatorio.